30 marzo 2013

RESTAURACIÓN DE LA LONJA DE PALMA

Estos días hemos podido leer en la prensa la noticia de que La Lonja de Palma abrirá sus puertas para ser visitada de forma gratuita hasta el próximo 19 de mayo, fecha en la que se iniciará el montaje de la exposición del escultor británico Tony Cragg.

El edificio ha permanecido cerrado durante dos años, desde que finalizó su restauración, abriendo únicamente para las exposiciones de los artistas Fabrizio Plessi y Bernardí Roig. Su abertura viene dada, entre otras razones, por la presión ejercida por el grupo parlamentario MÉS, que respaldado por asociaciones como ARCA, presentó una propuesta al Parlament y al ayuntamiento de la ciudad para que se buscara una fórmula que permitiera abrirla al público ya que, según su propuesta, supondría un atractivo más para la desestacionalización y mejoraría la sintonía entre cultura y turismo.

La abertura de La Lonja permitirá poder contemplar los trabajos de restauración realizados por Pere Rebassa. Estos trabajos se han realizado a lo largo de tres años, en dos fases diferentes, quedando pendiente la tercera, en la que se restaurarán las esculturas exteriores.

La primera fase de la restauración se centró en reparar los graves problemas de humedad del edificio, derivados de la cubierta, y en la limpieza de las paredes, afectadas por la polución, las inclemencias del tiempo y anteriores restauraciones.

Los trabajos más significativos se llevaron a cabo en la cubierta del edificio, recuperando la idea original de Guillem Sagrera, una azotea semiplana. En su proyecto, esta azotea, debía ir rematada con otro tejado superior de manera que formase una galería de ventanales, pero debido a los problemas con los mercaderes por los costes de las obras, Sagrera decidió dar por finalizada la obra, marchándose a Nápoles para emprender las obras de reforma del Castel Nuovo. De esta manera La Lonja se quedó con esta primera cubierta, lo que provocó continuos problemas de humedad que en el siglo XVIII se intentaron solucionar mediante un tejado a cuatro aguas cubierto de tejas, algo que según Rebassa no permitía comprender el edificio adecuadamente, por lo que, como hemos dicho, se restauró la cubierta semiplana de Sagrera, con las pendientes para la evacuación del agua a través de las gárgolas, impermeabilizándola y colocando un embaldosado cerámico que permitirá su visita.


Azotea de La Lonja, antes y después de su restauración.
Por otra parte se realizó la limpieza de las paredes, cubiertas por una capa de suciedad que no permitía respirar a la piedra, compuesta por una piedra de Santanyí, en las paredes, y de Solleric, más blanquecina en las bóvedas.

Interior.
Esta fase de la restauración se llevó a cabo entre los años 2008 y 2010, teniendo un coste de 2'5 millones de euros, siendo cofinanciada por el Govern Balear y el ministerio de Cultura.

Fachada.
La segunda fase, financiada exclusivamente por el Govern Balear entre los años 2010 y 2011, tuvo un presupuesto de 600.000 euros y se centró en la adecuación del sistema eléctrico, sonido e iluminación, adecuando el edificio a su uso como sala de exposiciones.

18 marzo 2013

LA BANDA DE PICASSO

El pasado mes de enero se estrenó La banda de Picasso, un film del director español Fernando Colomo, en el que se narra uno de los episodios menos conocidos en la vida del artista, su detención en 1911 como sospechoso del robo de La Gioconda del Museo del Louvre.

La mañana del 22 de agosto de 1911 el pintor Louis Béroud entró en el salón Carré donde se exhibía el cuadro, descubriendo su ausencia. En un principio no se le dio mayor importancia, según los vigilantes podía estar en el estudio fotográfico o en las salas de los conservadores, pero tras comprobar que no era así se dio la voz de alarma, el cuadro había sido robado. La policía empezó la investigación, el museo cerró sus puertas durante una semana y la noticia del robo de la obra de Leonardo dio la vuelta al mundo, dándole una popularidad hasta niveles insospechados, hasta el punto de que buena parte de la fama que tiene hoy en día se debe a este suceso.

Pocos días después del robo llegó a la redacción del diario parisino Le Journal Honoré-Joseph Géry, bajo el seudónimo de barón d'Ormesan explicó lo fácil que era robar en el Louvre y como cuatro años antes él mismo había robado unas estatuillas íberas. Tras esta confesión la policía lo tuvo claro, el affaire de las estatuillas y el robo de La Gioconda tenían el mismo autor. Géry fue detenido y confesó haber robado las estatuas por encargo del poeta Guillaume Apollinaire, de quien era amigo y secretario personal.

Al saber de la confesión, Apollinaire entró en pánico, llamó a su amigo Pablo Picasso, quien había comprado las estatuillas íberas por 50 francos, y lo puso en antecedentes, al ser extranjeros un delito como éste podía significar la extradición y el final de sus carreras. Por aquellas fechas Picasso pasaba una temporada en el sur de Francia con Georges Braque, juntos trabajaban en los inicios del cubismo, pero para Picasso era más importante regresar a París, debía deshacerse de las estatuillas que aún seguía guardando en su taller de Montmatre. Su primera intención fue tirarlas al Sena, finalmente decidió entregarlas en la redacción del diario Le Journal.

Recuperación de La Gioconda
Apollinaire fue detenido el 7 de septiembre, Pablo Picasso un día después, el poeta se había derrumbado y había confesado. La prensa empezó a hablar de una banda internacional llegada a Francia para desvalijar sus museos. La policía continuaba con sus investigaciones, sabía de las ideas de los artistas sobre los museos, en aquella época Apollinaire, junto a Max Jacob, Cocteau y Braque formaban lo que se conocía como la bande à Picasso (la banda de Picasso) a los que Fernande Olivier (amante de Picasso en aquella época) definía como unos conspiradores contra el orden establecido en todas las artes, Apollinare incluso abogaba por la quema de los museos y de obras maestras.

Picasso fue puesto en libertad al día siguiente de su detención, había devuelto las obras y aseguró ignorar que habían sido robadas, algo difícil de creer. Las piezas habían llegado a su poder poco después de haber quedado fascinado por la exposición en el Louvre de los Relieves de Osuna y era conocido por comprar objetos “sin preocuparse de su origen”. También negó conocer a su amigo, nunca antes lo había visto. Por el contrario Apollinaire pasó tres días detenido y llegó a ser encarcelado en la prisión de La Santé, fue juzgado y absuelto pero su nombre salió en la prensa y sufrió escarnio público, algo que le dejó marcado.

Estos hechos rompieron la amistad de los artistas para siempre.

Pablo Picasso no volvió a hablar del tema hasta años después, aunque siguió negándolo todo y acusando al poeta, recuerdan el caso en el que estuve involucrado cuando Apollinaire robó unas estatuillas del museo del Louvre. Eran ibéricas...

En cuanto a qué pasó con La Gioconda, fue robada la mañana del 21 de agosto de 1911 por Vincenzo Peruggia, un exempleado del museo que la guardó durante algo más de dos años en su pequeño apartamento parisino, hasta que decidió vendérsela al anticuario Alfredo Geri en Florencia. Geri acudió a la cita junto a su amigo Giovanne Poggi, director de la Galleria degli Uffizi, y ambos comprobaron la autenticidad de la obra. Peruggia fue detenido y juzgado. La Gioconda regresó al Louvre y las teorías sobre las razones del robo empezaron.