25 abril 2014

ANDY WARHOL: LATAS DE SOPA CAMPBELL

Campbell Soup Cans (1962)
En los años cincuenta Andy Warhol era considerado uno de los mejores ilustradores publicitarios de la época, pero deseaba tener un mayor reconocimiento como artista por lo que decidió realizar varias exposiciones en nueva York para mostrar su arte, que no tuvieron mucho éxito, ni de público ni de venta.

Campbell Soup Can
(1965)
Warhol creía que su arte no era aceptado porque lo consideraban pasado de moda e irrelevante. Con estas ideas, a principios de los años sesenta, pidió a Muriel Latow, dueña de la Galería de Arte Latow, un consejo sobre que dirección debía tomar. Latow le sugirió que pintara lo que más le gustara, en el caso de Warhol el dinero, o algo que veas todos los días y que todos reconocerían. Algo como una lata de sopa Campbell.

La sugerencia le pareció fabulosa y al día siguiente fue a un supermercado donde compró todas las clases de sopas Campbell que existían.

Realizó una serie de treinta dos obras en las que tomó las latas como modelo. La clásica lata en rojo y blanco aparece serigrafiada sobre un fondo blanco con pequeñas variaciones según el sabor de cada sopa.
Campbell Soup Can With Can Opener
(1962)
Estas latas se convirtieron, en julio de 1962, en las protagonistas de su primera exposición individual en la Galería Ferus de Los Ángeles. Los cuadros se colocaron en una sola hilera a lo largo de toda la galería y aunque en su momento las obras no causaron un gran impacto, apenas se vendieron media docena, con el tiempo se convirtieron en un icono del arte contemporáneo.

La elevación a arte de un elemento cotidiano y realizado mediante una técnica semimecanizada originó un debate sobre la ética y los méritos del trabajo de Warhol, al igual que años antes había ocurrido con La Fuente de Duchamp y marcó el inicio de su carrera dentro del Pop Art.
Campbell Soup Can (Tomato) (1968) y
Small Torn Campbell Soup Can
(1962)
Warhol retomó el tema de las latas Campbell en varias ocasiones, la primera de ellas poco después de realizar su primera serie y a diferencia de aquellas las representó en diferentes tamaños y estados, latas abiertas, rotas o aplastadas. Posteriormente en 1965, realizó varias obras en las que representó la icónica lata en diferentes colores, olvidándose del original blanco y rojo, reproduciéndolas por última vez en 1968.

Campbell Soup Can (Tomato) (1962)

18 abril 2014

FRANCESCA WOODMAN




It must be time for lunch now (1976)
Francesca Woodman vivió apenas 23 años, nació en Denver en 1958 y murió en 1981, tras saltar por la ventana del Lower East Side de Manhattan, dejando tras de si una incipiente carrera como fotógrafa con cientos de instantáneas.

Poco antes de morir escribió a un amigo, mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando atropelladamente todas estas cosas delicadas.
Sin título (1976)
La vida de Francesca estuvo rodeada de arte desde su nacimiento. Hija de la ceramista Betty Woodman y el pintor abstracto George Woodman, pasó su infancia entre Boulder (Colorado) y Antella (en la Toscana italiana), donde sus padres poseían una casa y pasaban grandes temporadas.

Su primer contacto con la fotografía empezó el verano antes de entrar en un prestigioso internado de Massachusetts, su padre le enseñó a fotografiar con una vieja cámara que le regaló y con la que realizó sus primeros trabajos, ingenuos autorretratos que poco a poco adquirirían la técnica propia de la artista.
Autorretrato (1972)
Sin título (1977-78)
Decidió estudiar fotografía en la Rhode Island School of Design (RIDS), pasando un año en Roma (1977-78) donde participó en una exposición en la Ugo Ferranti Gallery, junto a otros cinco jóvenes fotógrafos. Al año siguiente de regresar a Estados Unidos acabó sus estudios y decidió centrar su carrera en la fotografía de moda, aunque sin mucho éxito, carecía de un estudio propio y sus fotografías no encajaban en el gusto de la época.

House 3 (1976)
Sus fotografías, en blanco y negro y de pequeño formato, se centraban en el estudio del cuerpo humano. Ella misma se convirtió, básicamente, en su única modelo, en sus fotografías pocas veces enseña su rostro centrándose en la imagen de su cuerpo que en muchas ocasiones está borroso, se distorsiona o simplemente se intuye, mimetizándose con la naturaleza o las paredes de viejas casas de estilo victoriano abandonadas que utilizaba como estudio, acentuando el sentimiento de soledad y abandono que impregna todas sus obras
Polka Dots (1976)
La obra de Francesca, heredada y gestionada por sus padres, permaneció en la sombra durante varios años, hasta que en 1986 se organizó una exposición de sus trabajos en el Wellesley College Museum (Massachusetts), con un catálogo en el que participaron importantes historiadores del arte y que recorrió varias universidades, dando a conocer no sólo su trabajo sino también a la artista.

My House (1976)

12 abril 2014

EL ARTE SEGÚN KANDINSKY

Vasili Kandinski (Moscú, Rusia, 4 de diciembre de 1866 – Neuilly-sur-Seine, Francia, 13 de diciembre de 1944).

Composición IV (1911)
La obra de arte consta de dos elementos: el interno y el externo.
El elemento interno, tomado individualmente,
es la emoción que siente el alma del artista.
Esa emoción tiene la capacidad de provocar una
emoción paralela en el alma del espectador.
Generalmente, mientras que el alma permanezca unida al cuerpo,
sólo se podrán captar las vibraciones por intermedio de la
sensación. Por tanto,
la sensación es un puente de lo inmaterial a lo material (artista),
y de lo material a lo inmaterial (espectador).
Emoción-Sensación-Obra-Sensación-Emoción

En Azul (1925)

Yellow, Red, Blue (1925)
El color es en general un medio para ejercer
una influencia directa sobre el alma.
El color es la tecla.
El ojo es el martillo templador.
El alma es un piano con muchas cuerdas.
El artista es la mano que,
mediante una tecla determinada,
hace vibrar el alma humana.

Cuadro con borde blanco (1913)
El rojo, tal como nos lo imaginamos,
un color ilimitado y cálido por excelencia,
se comporta en nuestro interior
como un color inquieto, impulsivo y lleno de vida.
No posee ese carácter irreflexivo propio del amarillo
que parece disolverse hacia los extremos.
El azul es el color típicamente celestial,
el elemento de la calma.
Crea una profundidad interminable
en estados más graves donde no existe, ni puede existir,
un final.

Improvisación 19 (1911)
La relación inevitable entre color y forma
nos lleva a observar los efectos que tiene la forma sobre el color.
La forma misma aún cuando es completamente abstracta
y se parece a una forma geométrica, posee su sonido interno,
es un ente espiritual con propiedades idénticas a esa forma.

Composición VIII (1923)

Cuadrados con círculos concéntricos (1913)
El número de colores y formas es infinito,
y así también son infinitas las combinaciones
y al mismo tiempo los efectos.
El material es inagotable.

Composición X (1939)
Ímpetu moderado (1944)