18 agosto 2014

SUSY GÓMEZ: DIÁLOGOS CON LA MUERTE - LLIT DE LA MARE DE DÉU DORMIDA

Estos días podemos encontrar en diversas iglesias y conventos de Mallorca exposiciones donde se muestran imágenes de la asunción de la Virgen, els llits de la Mare de Déu, conmemorando la festividad de la Virgen de Agosto.

Igl. Sant Nicolau (Palma)
La exposición de estas imágenes es una tradición de origen medieval, a partir de las procesiones que se realizaban en el siglo XV por las calles cercanas a la catedral. En ellas se sacaban imágenes que representaban a María muerta, momentos antes de subir al cielo en cuerpo y alma, acostada sobre un lecho con las manos sobre el pecho, en posición orante.

Debido a su origen procesional las esculturas se realizaron a partir de materiales ligeros, corcho, cañas... prestando especial atención al volumen y policromado de las túnicas y mantos. Durante el Barroco, estas representaciones, llegaron a su máximo esplendor, añadiéndose un cadalso, sobre el que reposa la imagen de la Virgen, un dosel y ángeles custodios, abandonando las procesiones y ubicándose en la entrada de las iglesias.
Catedral de Mallorca
Para esta edición de els llits de la Mare de Déu la artista mallorquina Susy Gómez ha realizado una instalación en la iglesia del convento de Santa Magdalena, invitada por la Fundació Amics del Patrimoni.

Susy Gómez, Diálogos con la muerte
En ella la artista propone dos ejercicios, Ejercicio de desprendimiento nº 1formado por una cama de hospital, que ocupa el espacio destinado a la imagen de la Virgen y Ejercicio de desprendimiento nº 2 formado por la imagen de la Virgen dormida de la iglesia de Sant Miquel (siglo XVI) y una caja para transportar obras de arte como lecho.

A partir de estos ejercicios la artista nos invita a una reflexión sobre la muerte, introduciendo al espectador en la experiencia mediante un ejercicio de meditación y reflexión, experimentando el proceso de la muerte que incluye poder escribir una carta de despedida.

12 mayo 2014

CUPIDO DURMIENTE DE MIGUEL ÁNGEL




Retrato de Miguel Ángel, M. Venusti
(1535)
El Cupido durmiente era una escultura, hoy perdida, realizada por Miguel Ángel Buonarroti en 1496 en Florencia, tallada en mármol, representaba un pequeño cupido dormido a tamaño natural.

En aquellos momentos Miguel Ángel contaba con apenas veintiún años, pero ya había conseguido una notable reputación como escultor trabajando para los Médicis.

La había esculpido por entretenimiento, siguiendo los cánones de la escultura de la antigüedad clásica, debido a que una de las doctrinas artísticas del Renacimiento era la creencia de que los mejores modelos para la práctica escultórica se encontraban en la antigüedad.

Según relata Condivi, biógrafo de Miguel Ángel, durante una de las visitas de Lorenzo di Pierfrancesco de Médici, mecenas de Botticelli, al taller del artista, con el que había trabado amistad y al que había encargado una escultura representando un pequeño San Juan Bautista (hoy también perdido), pudo contemplar el pequeño Cupido y al verlo le comentó, si consiguieras darle un aspecto tal que pareciera haber estado enterrado mucho tiempo, yo podría mandarlo a Roma, donde lo tomarían por antiguo y podrías venderlo mucho mejor.
Eros en reposo (siglo II - III A.C.)

Durante el Renacimiento se volvió la vista hacia la antigüedad clásica, sobretodo en escultura. La élite cultural poseía colecciones de esculturas clásicas que eran muy demandadas y se pagaban mucho mejor que las esculturas realizadas en la época.

Al parecer Miguel Ángel siguió el consejo de Lorenzo di Pierfrancesco ya que poco tiempo después la escultura fue vendida en Roma por un anticuario, Baldassare del Milanese, como un hallazgo arqueológico al cardenal Riario, sobrino del papa Sixto IV, por 200 ducados, de los que a Miguel Ángel sólo le llegaron 30.

Algunos historiadores relatan que cuando Miguel Ángel supo del engaño, indignado, decidió marchar a Roma y reclamar lo que era suyo. Otros, en cambio, apuntan que fue el propio Cardenal quien se dio cuenta de la falsedad de la obra, pero fascinado con la maestría de Miguel Ángel le pagó 30 ducados y lo invitó a viajar a Roma.

Verdad o anécdota, Miguel Ángel llegó a Roma el 25 de junio de 1496.

El Cupido durmiente fue comprado, en 1502, por César Borgia y posteriormente fue entregado como presente a Isabel de Este. En 1542 aparece documentado en un inventario de la ciudad de Mantua, perdiéndose finalmente su rastro en 1632, cuando fue enviado a Carlos I de Inglaterra.

04 mayo 2014

CATEDRAL DE CHARTRES: UNA CONSTRUCCIÓN OLVIDADA




Durante la noche del 10 al 11 de junio de 1194 un incendio arrasó gran parte de la ciudad de Chartres, incluyendo su catedral, de la que sólo se salvó la fachada occidental.
La catedral de Chartres era considerada el centro mariano más importante de Francia, se decía que había sido construida un siglo antes del nacimiento de la Virgen, como respuesta a las profecías de las sibilas y profetas sobre la Virgo paritura, y en ella se conservaba la túnica que se creía había llevado la Virgen al dar a luz a Jesús.

El pueblo quedó conmocionado por la destrucción de la catedral, pero sobretodo, por la pérdida de la reliquia que creían les protegía de todo mal.

El incendio fue considerado un castigo divino, la Virgen les había abandonado y con ella la prosperidad y la seguridad de la ciudad, por lo que en un principio se pensó que no valía la pena su reconstrucción. Aunque pronto cambiaron de opinión, la túnica se había salvado sin sufrir ningún daño debido a que se guardaba en la cripta de la catedral.
Vitral de Notre Dame de la Belle
Verrièrre

Hubo una procesión en la que se mostró la túnica al pueblo que decidió donar todo lo que habían conseguido salvar del incendio para la construcción de una nueva catedral, la Virgen no les había abandonado, había destruido la antigua catedral porque quería que le construyeran una nueva y mejor.

Las obras empezaron en 1194 y finalizaron en 1220, en un tiempo récord para la época. Pero sabemos muy poco de su construcción, los libros de cuentas del siglo XIII de la catedral se perdieron y, posteriormente, se intentó borrar todo recuerdo del incendio y la reconstrucción.

En 1389 apareció la obra Vieille Chronique, en la que se narraba la historia de la catedral y el capítulo de Chartres. El autor, anónimo, aseguraba que la catedral era la misma que había construido el obispo Fulberto en el siglo XI, omitiendo cualquier referencia al incendio de 1194 y su posterior reconstrucción.

Debió ser una persona con un cargo importante o con autoridad suficiente como para hacer desaparecer cualquier documento que contradijera sus teorías, borró toda alusión al incendio de Milagros de la Santísima Vírgen María en la Iglesia de Chartres, una crónica escrita en 1210, en plena reconstrucción de la catedral, por un canónigo de la misma en la que describe el daño y el dolor que había causado el incendio, sobretodo por la pérdida de la túnica.

La obra consiguió una importante reputación y su historia se tomó como verdadera, hasta que en el siglo XIX se realizaron estudios que permitieron conocer la verdadera fecha de construcción, aunque algunos datos quedaron en el olvido, como el nombre del maestro que la construyó.


25 abril 2014

ANDY WARHOL: LATAS DE SOPA CAMPBELL

Campbell Soup Cans (1962)
En los años cincuenta Andy Warhol era considerado uno de los mejores ilustradores publicitarios de la época, pero deseaba tener un mayor reconocimiento como artista por lo que decidió realizar varias exposiciones en nueva York para mostrar su arte, que no tuvieron mucho éxito, ni de público ni de venta.

Campbell Soup Can
(1965)
Warhol creía que su arte no era aceptado porque lo consideraban pasado de moda e irrelevante. Con estas ideas, a principios de los años sesenta, pidió a Muriel Latow, dueña de la Galería de Arte Latow, un consejo sobre que dirección debía tomar. Latow le sugirió que pintara lo que más le gustara, en el caso de Warhol el dinero, o algo que veas todos los días y que todos reconocerían. Algo como una lata de sopa Campbell.

La sugerencia le pareció fabulosa y al día siguiente fue a un supermercado donde compró todas las clases de sopas Campbell que existían.

Realizó una serie de treinta dos obras en las que tomó las latas como modelo. La clásica lata en rojo y blanco aparece serigrafiada sobre un fondo blanco con pequeñas variaciones según el sabor de cada sopa.
Campbell Soup Can With Can Opener
(1962)
Estas latas se convirtieron, en julio de 1962, en las protagonistas de su primera exposición individual en la Galería Ferus de Los Ángeles. Los cuadros se colocaron en una sola hilera a lo largo de toda la galería y aunque en su momento las obras no causaron un gran impacto, apenas se vendieron media docena, con el tiempo se convirtieron en un icono del arte contemporáneo.

La elevación a arte de un elemento cotidiano y realizado mediante una técnica semimecanizada originó un debate sobre la ética y los méritos del trabajo de Warhol, al igual que años antes había ocurrido con La Fuente de Duchamp y marcó el inicio de su carrera dentro del Pop Art.
Campbell Soup Can (Tomato) (1968) y
Small Torn Campbell Soup Can
(1962)
Warhol retomó el tema de las latas Campbell en varias ocasiones, la primera de ellas poco después de realizar su primera serie y a diferencia de aquellas las representó en diferentes tamaños y estados, latas abiertas, rotas o aplastadas. Posteriormente en 1965, realizó varias obras en las que representó la icónica lata en diferentes colores, olvidándose del original blanco y rojo, reproduciéndolas por última vez en 1968.

Campbell Soup Can (Tomato) (1962)

18 abril 2014

FRANCESCA WOODMAN




It must be time for lunch now (1976)
Francesca Woodman vivió apenas 23 años, nació en Denver en 1958 y murió en 1981, tras saltar por la ventana del Lower East Side de Manhattan, dejando tras de si una incipiente carrera como fotógrafa con cientos de instantáneas.

Poco antes de morir escribió a un amigo, mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando atropelladamente todas estas cosas delicadas.
Sin título (1976)
La vida de Francesca estuvo rodeada de arte desde su nacimiento. Hija de la ceramista Betty Woodman y el pintor abstracto George Woodman, pasó su infancia entre Boulder (Colorado) y Antella (en la Toscana italiana), donde sus padres poseían una casa y pasaban grandes temporadas.

Su primer contacto con la fotografía empezó el verano antes de entrar en un prestigioso internado de Massachusetts, su padre le enseñó a fotografiar con una vieja cámara que le regaló y con la que realizó sus primeros trabajos, ingenuos autorretratos que poco a poco adquirirían la técnica propia de la artista.
Autorretrato (1972)
Sin título (1977-78)
Decidió estudiar fotografía en la Rhode Island School of Design (RIDS), pasando un año en Roma (1977-78) donde participó en una exposición en la Ugo Ferranti Gallery, junto a otros cinco jóvenes fotógrafos. Al año siguiente de regresar a Estados Unidos acabó sus estudios y decidió centrar su carrera en la fotografía de moda, aunque sin mucho éxito, carecía de un estudio propio y sus fotografías no encajaban en el gusto de la época.

House 3 (1976)
Sus fotografías, en blanco y negro y de pequeño formato, se centraban en el estudio del cuerpo humano. Ella misma se convirtió, básicamente, en su única modelo, en sus fotografías pocas veces enseña su rostro centrándose en la imagen de su cuerpo que en muchas ocasiones está borroso, se distorsiona o simplemente se intuye, mimetizándose con la naturaleza o las paredes de viejas casas de estilo victoriano abandonadas que utilizaba como estudio, acentuando el sentimiento de soledad y abandono que impregna todas sus obras
Polka Dots (1976)
La obra de Francesca, heredada y gestionada por sus padres, permaneció en la sombra durante varios años, hasta que en 1986 se organizó una exposición de sus trabajos en el Wellesley College Museum (Massachusetts), con un catálogo en el que participaron importantes historiadores del arte y que recorrió varias universidades, dando a conocer no sólo su trabajo sino también a la artista.

My House (1976)

12 abril 2014

EL ARTE SEGÚN KANDINSKY

Vasili Kandinski (Moscú, Rusia, 4 de diciembre de 1866 – Neuilly-sur-Seine, Francia, 13 de diciembre de 1944).

Composición IV (1911)
La obra de arte consta de dos elementos: el interno y el externo.
El elemento interno, tomado individualmente,
es la emoción que siente el alma del artista.
Esa emoción tiene la capacidad de provocar una
emoción paralela en el alma del espectador.
Generalmente, mientras que el alma permanezca unida al cuerpo,
sólo se podrán captar las vibraciones por intermedio de la
sensación. Por tanto,
la sensación es un puente de lo inmaterial a lo material (artista),
y de lo material a lo inmaterial (espectador).
Emoción-Sensación-Obra-Sensación-Emoción

En Azul (1925)

Yellow, Red, Blue (1925)
El color es en general un medio para ejercer
una influencia directa sobre el alma.
El color es la tecla.
El ojo es el martillo templador.
El alma es un piano con muchas cuerdas.
El artista es la mano que,
mediante una tecla determinada,
hace vibrar el alma humana.

Cuadro con borde blanco (1913)
El rojo, tal como nos lo imaginamos,
un color ilimitado y cálido por excelencia,
se comporta en nuestro interior
como un color inquieto, impulsivo y lleno de vida.
No posee ese carácter irreflexivo propio del amarillo
que parece disolverse hacia los extremos.
El azul es el color típicamente celestial,
el elemento de la calma.
Crea una profundidad interminable
en estados más graves donde no existe, ni puede existir,
un final.

Improvisación 19 (1911)
La relación inevitable entre color y forma
nos lleva a observar los efectos que tiene la forma sobre el color.
La forma misma aún cuando es completamente abstracta
y se parece a una forma geométrica, posee su sonido interno,
es un ente espiritual con propiedades idénticas a esa forma.

Composición VIII (1923)

Cuadrados con círculos concéntricos (1913)
El número de colores y formas es infinito,
y así también son infinitas las combinaciones
y al mismo tiempo los efectos.
El material es inagotable.

Composición X (1939)
Ímpetu moderado (1944)

14 febrero 2014

ARTE EN PALMA: NANCY DE ALEXANDER CALDER

Paseando por S'Hort del Rei nos encontramos con Nancy, del escultor Alexander Calder.
Nancy (1972), Palma
La obra fue donada por el artista estadounidense al ayuntamiento de Palma en 1973, un año después de haber expuesto sus obras en la Sala Pelaires, en una muestra de la cual Nancy formaba parte.

J. Miró y A. Calder
(1969)
Esta donación se debió a la amistad que lo unía con Joan Miró, a quien había conocido en 1926 cuando visitó su estudio en París y cuyas obras inspiraron algunas de sus esculturas.

En aquel momento el ayuntamiento no mostró mucho interés en aceptar la escultura, surgiendo varias desavenencias, aunque finalmente consiguieron llegar a un acuerdo que estuvo a punto de romperse debido a que el consistorio no quiso hacerse cargo de los costes por derechos de importación y aduanas. Para salvar este inconveniente se decidió declarar la escultura patrimonio nacional, por lo que quedaba exenta de los pagos y el 14 de febrero de 1974 el ayuntamiento de Palma aprobó definitivamente la donación.

El deseo de Calder había sido que la escultura se situara en el futuro Parc de la Mar pero finalmente el ayuntamiento decidió situarla en su emplazamiento actual, del que ha tenido que ser retirada para ser restaurada en varias ocasiones. La primera vez fue en julio de 1985, tras un acto vandálico, pasando varios años en los almacenes municipales, hasta que en 1994 fue devuelta a su emplazamiento, para prevenir más problemas fue rodeada por un pequeño parterre y cadenas que impiden acercarse a ella, posteriormente en 2009 el consistorio la volvió a retirar debido al deterioro sufrido por las inclemencias meteorológicas, siendo devuelta una vez acabada su restauración.

La escultura fue realizada en 1972, en hierro, y forma parte de los stabile-mobile de Calder.

Mobile (1932), Tate Modern (Londres)
A principios de los años treinta el artista, que había estudiado ingeniería, empezó a trabajar con estructuras metálicas que suspendía en el aire, consiguiendo un suave movimiento.MarcelDuchamp denominó a estas obras mobile (móviles), un claro antecedente del arte cinético.

Al mismo tiempo realizó una serie de obras a las que Hans Arp denominó stabile (estables), construcciones de acero fijadas en el suelo mediante planchas de hierro atornilladas. 
Man (1966), Montreal
Los stabile-mobile se podrían definir como una mezcla de los dos anteriores, están realizados a partir de una base fijada con una plancha de hierro, pintada de negro o rojo, que sirve de soporte para los alambres que sostienen diferentes placas de metal, normalmente pintadas con los colores primarios, a partir de la influencia de Miró, y móviles, ya sea por la acción humana o por el viento.   

08 febrero 2014

GIORGIO DE CHIRICO. SOBRE EL ARTE METAFÍSICO


Podríamos considerar a Giorgio De Chirico (1888-1978) como uno de los artistas más reconocidos y a la vez más desconocidos del arte contemporáneo. Sus obras son fácilmente reconocibles pero pocos conocen al artista.

Nacido en Grecia, aunque de origen italiano, inició sus estudios de dibujo en el Instituto Politécnico de Atenas, donde se dedicó a la copia de estatuas clásicas.

La Gran Torre (1913)
A los dieciséis años, tras la muerte de su padre, se estableció junto a su madre y hermano en Florencia, ciudad en la que realmente descubrió su amor por el arte a través de las obras maestras del arte renacentista que admiró en sus constantes visitas a los museos. Pero a pesar de la gran atracción que sentía por el arte florentino no estaba convencido del valor docente de la Academia de Bellas Artes sintiendo que le hacía falta una enseñanza más metódica y disciplinada, y a los dieciocho años se marchó a Alemania, donde se inscribió en la Academia de Bellas Artes de Munich, en la que recibió la influencia del simbolismo centroeuropeo, especialmente del pintor suizo Arnold Böcklin, y de filósofos alemanes como Schopenhauer y, sobre todo, Nietzsche.
La recompensa del adivino (1913)
En 1909, de camino a París, pasó una breve estancia en Turín, donde quedó impresionado por la arquitectura de sus plazas y arquerías decimonónicas. Ya en París y gracias al interés del poeta Apollinaire, fue invitado para exponer en el Salón de Otoño de 1912 y en el Salon des Indépendants de 1913 y 1914, y a pesar de ser exposiciones donde destacaba la pintura de vanguardia, el clasicismo de las obras de De Chirico sorprendió e interesó a los críticos y a otros artistas como Picasso o Braque.
Las musas inquietantes (1925)

La Primera Guerra Mundial lo devolvió de nuevo a Italia, alistado en el ejército fue destinado a Ferrara, ciudad que junto a Turín, se convirtió en inspiración para los inconfundibles ambientes urbanos de sus pinturas y donde entró en contacto con Carrà, Soffici y Papini, artistas que provenían del futurismo italiano y que quedaron fascinados por los temas y el estilo del artista, provocando el nacimiento de la pintura metafísica.

Aunque es a De Chirico a quien podemos considerar como creador de este nuevo estilo, yo solo empezaba a distinguir los primeros fantasmas de un arte más completo, más profundo, más complicado y, en una palabra (...) más metafísico. Un arte al que llegó a través de la investigación y de las cosas comunes, todo le hablaba de él, unos maniquíes, una puerta..., objetos tomados de la realidad que según el artista adquirían dos aspectos, uno corriente que es con el que se muestran y percibimos casi siempre y uno metafísico que sólo puede verse en momentos de clarividencia y de abstracción metafísica, una nueva visión que los alejaba de su función y cotidianidad.
Estación Montparnasse (1914)
El arte metafísico, a diferencia de otros movimientos vanguardistas, no tuvo una larga trayectoria ni tampoco una importante legión de seguidores, debido a esto se ha considerado en muchas ocasiones como un simple precursor del surrealismo. Estaba formado básicamente por dos artistas, De Chirico y Carrá, que en 1919 publicaron el manifiesto del movimiento Nosotros, los metafísicos, un año antes de que el grupo se disolviera tras una disputa entre los dos artistas. Es más difícil precisar su inicio, algunos lo marcan en 1915 año en que De Chirico y Carrá se conocieron, aunque muchos de los elementos que definen la pintura metafísica ya aparecían en obras anteriores de De Chirico, sobretodo a partir de 1910.
Héctor Y Adrómaca (1924)

Sobre su relación con el surrealismo De Chirico fue claro y específico al rechazar el sueño como base para sus pinturas, es curioso que en el sueño ninguna imagen por extraña que sea, golpee con potencia metafísica; y por tanto rechazamos la búsqueda de una fuente de creación en el sueño. A pesar de ello es fácil ver en sus obras una clara anticipación de la pintura surrealista, ya que poseen una estética extraña, perspectivas imposibles, elementos simbólicos, objetos sumidos en una claridad sin atmósfera, donde todo sucede como si fuera un sueño.
El Arqueólogo
A la hora de realizar sus obras De Chirico dio gran importancia no sólo a la técnica, sino también a los materiales. Gran admirador de la antigüedad clásica y del cinquecento, la pintura debía tener como base la pureza de la linea, el dibujo, que aprendió en su primera juventud a base de copiar estatuas, esa admiración se hizo patente sobretodo a partir de 1920, año en que su arte dio un giro hacia un arte más clásico, poniendo fin al arte metafísico.
Isla de San Jorge (1967)


31 enero 2014

EL GRECO. DOMENIKOS THEOTOKOPOULOS




Retrato de un caballero
anciano
(1600)
La ciudad de Toledo celebra el cuarto centenario del fallecimiento del pintor Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco, debido a su origen griego, con un año cargado de actividades relacionadas con el pintor entre las que destacan varias exposiciones, festivales de música, homenajes o muestras gastronómicas.

El Greco nació en 1541 en Candía, en la isla de Creta, que en aquel momento estaba bajo el dominio de la República de Venecia y residió en ella hasta los 26 años, cuando se trasladó a Venecia para perfeccionar su estilo.

Se inició en el mundo de la pintura como pintor de iconos, siguiendo el estilo de la tradición tardobizantina, aún vigente en la isla. En 1563 aparece descrito en un documento como maestro de pintura, título que le permitía abrir su propio taller y vender su obra.

En Venecia, un importante centro artístico donde trabajaban artistas como Tiziano o Paolo Veronese, aprendió el arte de la pintura renacentista. Estudió el empleo del color, la perspectiva o la técnica de la pintura al óleo, pero sin llegar a deshacerse por completo de su tradición bizantina.
La Anunciación, tríptico de Módena (circa 1560)
Continuó su aprendizaje viajando a través de Italia hasta que se estableció en Roma, ciudad en la que permaneció hasta 1566 y en la que abrió su propio taller, tras ser expulsado del palacio del cardenal Alejandro Farnesio, donde había llegado gracias a la intervención del miniaturista Giulio Clovio y en el que tuvo la oportunidad de rodearse de la élite cultural del momento. El Greco trabajó en su taller como retratista y realizando pequeñas obras religiosas, pero sin poder conseguir ningún encargo importante, era considerado un extranjero, por lo que decidió emigrar a España, donde el rey Felipe II había empezado la decoración del monasterio de El Escorial.

Permanecería en España hasta su muerte, primero en Madrid y finalmente en Toledo, ciudad en la que se estableció, nació su hijo Jorge Manuel y desarrolló su arte.
Vista de Toledo (1600)
Consiguió sus primeros encargos con el monasterio de Santo Domingo el Antiguo y con la catedral de Toledo, para la que realizó el Expolio, obra con la que empezó el primero de los muchos pleitos que mantendría con sus clientes, debido a la baja tasación de las obras o por reclamaciones técnicas o iconográficas.
El Expolio (1579)
En 1584, después de que Felipe II rechazase las obras que había realizado para El Escorial, Alegoría de la Liga Santa y El martirio de san Mauricio, decidió ampliar su taller y realizar retablos completos, no sólo los lienzos, para una clientela de carácter privado más que institucional, basada en parroquias, monasterios y capillas, aceptando encargos para el Hospital de San Juan Bautista o Tavera o el Colegio de la Encarnación en Madrid. Su estancia en Toledo coincidió con un momento en el que la Iglesia buscaba difundir la doctrina de la Contrareforma a través del arte y encontraron en el artista griego al mejor divulgador.
Alegoría de la Liga Santa (1600) y El martirio de San Mauricio (1582)
A lo largo del tiempo el estilo de el Greco evolucionó, sobretodo a partir de sus últimos años en Toledo, sus pinturas empezaron a alejarse de los modelos venecianos y se acercaron al manierismo, con un estilo más personal, donde las composiciones se hicieron más complejas, llegando al horror vacui, los colores se intensificaron y las figuras se alargaron y retorcieron, enfatizando su carácter espiritual.
La visión del Apocalípsis (1610-14)
El Greco falleció el 7 de abril de 1614, dejando tras de si un arte por igual elogiado y criticado debido a sus licencias iconográficas y formales.

Durante siglos su arte fue rechazado debido en gran parte a la obra de Antonio Palomino, El Museo Pictórico y Escala Óptica (1724), que se convirtió en la principal fuente para la historia del arte barroco español. En ella Palomino expresó su menosprecio por el pintor, recogiendo las opiniones de pintores y tratadistas anteriores que lo consideraron un personaje extravagante y cercano a la locura y no fue hasta el siglo XIX, con la llegada de pintores franceses, que se redescubrió su arte convirtiéndose en un referente para los artistas del romanticismo, expresionismo o surrealismo. Aunque ha costado mucho más tiempo alejar por completo las teorías que explicaban su singular estilo como consecuencia de un astigmatismo o debido a paranoias.

Dentro de los actos de celebración en Toledo, una de las citas más importantes, será el próximo 14 de marzo con la inauguración de la exposición El griego de Toledo, en el museo de Santa Cruz, donde permanecerá hasta el 14 de junio.

El griego de Toledo será, aunque parezca increíble, la primera exposición dedicada íntegramente al pintor cretense que se realizará en Toledo y contará con más de ochenta obras en las que se repasará su actividad pictórica, desde sus inicios en la isla de Creta hasta sus últimos años en la ciudad manchega, sin olvidar su etapa italiana o sus trabajos para El Escorial.