26 febrero 2016

EL MUSEO IMPOSIBLE

Para que una obra de arte se considere desaparecida debe haber una fuente fidedigna que confirme que realmente existió, pero que debido a algún motivo, robo, incendio, vandalismo... ha sido destruida o se desconoce su paradero.

· Nenúfares de Claude Monet

Los Nenúfares son un ciclo de pinturas que el artista impresionista francés realizó a partir de 1883.

En 1957 el MOMA de Nueva York adquirió dos, de los más de doscientos lienzos que componen el ciclo, y los mantuvo en exposición hasta el 15 de abril de 1958, cuando un grupo de trabajadores que realizaban obras de mantenimiento decidieron tomar un descanso y fumar al lado de botes de pintura inflamable.

El fuego se propagó rápidamente por el segundo piso y a pesar de los esfuerzos de los trabajadores del museo, una de las obras Nenúfares, de 18 metros de largo, quedó destruida.

· El Concierto de Johannes Vermeer

La madrugada del 18 de marzo de 1990, dos ladrones disfrazados de policía llamaron a la puerta del museo Isabella Stewart Gardner de Boston, los vigilantes al ver los uniformes abrieron las puertas y en cuestión de minutos fueron reducidos y se desactivaron todas las alarmas y medidas de seguridad.

En poco menos de una hora y media los ladrones consiguieron hacerse con tres lienzos de Rembrandt, cinco de Degas, uno de G. Flinck, uno de Manet, un jarrón chino de la dinastía Shang y una de las obras más preciadas del museo El Concierto de Johannes Vermeer.

A pesar de haber dos hombres condenados no se ha recuperado ninguna de las obras y se mantiene una recompensa de cinco millones de dólares para quien facilite información sobre su paradero.


En marzo de 2001 la milicia talibán destruyó, mediante dinamita y disparos desde tanques, dos estatuas colosales de Buda esculpidos en la montaña entre los siglos II y IV.

· El hombre controlador del universo de Diego Rivera


En 1933 John D. Rockefeller Jr. Contrató al artista mexicano para que realizara un mural en el vestíbulo de un nuevo edificio, el Rockefeller Center.

Diego Rivera empezó su obra, también conocida como El hombre enel cruce de caminos, pero no pudo concluirla. Uno de los personajes representados en el mural tenía un gran parecido a Lennin, máximo exponente del comunismo soviético, lo que desató la ira del magnate americano.

En mayo de ese mismo año se rescindió el contrato con el artista, se le pagó el dinero que se le debía y el mural fue completamente tapado y posteriormente destruido.

Al año siguiente el Palacio de Bellas Artes de México encargó a Rivera un mural en el que reelaboró el perdido en el centro Rockefeller, aunque en menor tamaño y realizado sobre un bastidor metálico que permite su movilidad.

· Filosofía, Medicina y Jurisprudencia de Gustav Klimt

En 1944 la Galería Moderna de Austria decidió trasladar parte de las obras que custodiaba al castillo de Immendorf, para protegerlas de los continuos ataques aliados sobre la ciudad.

En mayo de 1945 ante el avance de las tropas soviéticas las tropas alemanas, en retirada, decidieron quemar el castillo y todo su contenido. Entre las obras quemadas se encontraban varias pinturas de Klimt, destacando una serie de tres lienzos, Filosofía, Medicina y Jurisprudencia, realizados en 1894 para decorar el techo del aula magna de la Universidad Viena.

· Le Pigeon aux peitis pois de Pablo Picasso

El 20 de mayo de 2010 Le Pigeon aux peitis pois, pintada en 1911 por Picasso, era robada del Museo de Arte Moderno de París.

En su huida los ladrones se deshicieron de la obra arrojándola a un contenedor de basura.

La obra nunca se recuperó.


19 febrero 2016

ORÍGENES DEL GRAFITI

Si nos referimos a los grafiti según su definición original, la palabra italiana graffitti (plural de graffitto), deberíamos hacer alusión a los textos que los antiguos romanos garabateaban en las paredes con profecías, protestas, anuncios y todo tipo de obscenidades. Si en estos incluimos imágenes, entonces deberíamos apuntar hacia los primeros artistas de la prehistoria, a las pinturas que encontramos en las cuevas de Lascaux (Francia) o Altamira.

Pero el grafiti que la mayoría de la gente reconoce hoy en día es el grafiti urbano, el que encontramos en las paredes y muros de las calles y vagones de metro, una de las expresiones más populares de arte urbano, realizados con aerosoles, en su gran mayoría anónimos y de rápida ejecución.

Tag (Nueva York, años 70)  
Tienen su origen en la ciudad de Nueva York, a finales de la década de los 60, y con una marcada influencia de la música hip hop.

Uno de los primeros artistas del grafiti fue Taki 183, en referencia al diminutivo de su nombre, Demetrius, y a la calle donde vivía, algo que muchos otros grafiteros posteriormente imitaron. Taki trabajaba como mensajero y empezó a dejar su firma o tag en los vagones de tren que usaba para hacer sus repartos, tanto en el interior como en el exterior, pronto su firma aparecería en todas partes llamando la atención de toda la ciudad, por lo que muchos otros jóvenes empezaron a imitarlo.

Brodway elegant (Nueva York, años 70)
En un principio no buscaban un estilo propio sino aparecer en el mayor número de lugares posibles. Esta idea cambió con la llegada de un grafitero de Filadelfia, Top Cat, que escribía su nombre con un estilo diferente, en letra finas, alargadas y con la base más ancha, su nombre era ilegible pero se destacaba por encima de los demás, lo que hizo que muchos lo imitaran creándose un nuevo estilo al que denominarían Brodway elegant, característico de la zona de Manhattan y al que se le unirían los estilos Brooklyn y Bronx, propios de las zonas de estos barrios.

Bubble letters (Nueva York, años 70)
La necesidad de destacar hizo que poco a poco aparecieran muchos más estilos, con letras más gordas y perfiladas como las bubble letters o las block letters, perfiladas y de gran tamaño para poder ser vistas y leídas claramente, llegando a crear grafitis de una gran complejidad, que se conocerán con el nombre de wild style, estilo salvaje, donde las firmas más sencillas se mezclan con las más barrocas, dando mayor importancia al color y tamaño de las letras e incluyendo elementos como las flechas, corazones o espirales.

A finales de los años 70, junto a los grafitis, empiezan a aparecer imágenes propias de la cultura popular, personajes de cómic, dibujos animados, y posteriormente incluso retratos y autorretratos en forma de caricaturas de los propios grafiteros, que ampliaban de manera considerable el tamaño de los grafitis o master piece.
Vagón metro de Nueva York, años 70
Eran años de gran creatividad y experimentación, buscando siempre la idea de ser más visibles y llegar a cuantos más lugares mejor. Este afán por la popularidad dio origen a los crew, grupos o pandillas, cuantos más eran a más sitios llegaban, y ante la competitividad de estos grupos se crearon las style wars, guerras de estilo, para nada violentas, en las que se buscaba no sólo tener el mayor número de firmas sino también un estilo propio.

A medida que se avanzaba en la técnica y la calidad de los grafiti se aumentaba el tamaño de estos y abarcaban cada vez más espacio, hasta que a finales de 1973 se llegó a pintar por primera vez todo un vagón de metro.

Metro de Nueva York, años 70
De esta manera la cantidad de grafitis en la ciudad de Nueva York, a principios de los años 80, había llegado a tal extremo que las autoridades tuvieron que tomar medidas. La MTA, Metropolitan Transit Authority, de Nueva York aumentó el control y seguridad de los vagones del metro, mediante la instalación de nuevas vallas, más altas y sofisticadas, alrededor de las cocheras, recubriendo los vagones con pintura resistente y aumentando la vigilancia. A la vez se controló la venta de aerosoles y se cambiaron las boquillas, lo que hacía más dificultoso el pintar. Pero no solo las autoridades estaban en contra de los grafitis, los medios de comunicación y la sociedad también lo vieron como algo negativo e incluso se crearon asociaciones vecinales antigrafiti, que promovieron campañas contra esta nueva modalidad de vandalismo.

Otro factor importante que ayudó al declive del grafiti en estos primeros años, fue la aparición del crack, una droga que trajo consigo violencia, tráfico y nuevas bandas que controlaban los barrios.

Es entonces cuando muchos grafiteros decidieron dar el salto a Europa, dando a conocer esta nueva subcultura en el viejo continente.

12 febrero 2016

LEDA Y EL CISNE

Según la mitología griega Zeus bajó del Olimpo en forma de cisne para seducir a la joven Leda, reina de Esparta, que paseaba por la orilla del rio Euratas. Posteriormente Leda daría a luz a cuatro hijos, aunque en algunas versiones del mito los niños nacen de un huevo, Helena y Pólux, hijos de Zeus, y Clitemnestra y Cástor, hijos de su marido Tíndaro, rey de Esparta.

Crátera (450-400 A.C.)
La representación del mito apareció desde muy temprano como motivo decorativo en las cerámicas griegas, aunque el tema representado hacía alusión al momento del nacimiento de los hijos de Leda a partir de un huevo y en raras ocasiones a la escena de la seducción.

Posteriormente, durante el helenismo y sobretodo en el arte romano, la temática más usual fue la del momento de la seducción, remarcando la sensualidad. Aparece representado en objetos de tocador y de uso doméstico y en pequeños relieves, procedentes de un mismo modelo, de origen griego helenístico, que rápidamente se extendió por todo el Imperio.
Representaciones procedentes de Sevilla y Argos
También aparece representado en mosaicos y frescos, siguiendo la misma linea decorativa y sensual.

Con la llegada del cristianismo el tema se representa con menos frecuencia, perdiendo sensualidad, debido en gran parte a la falta de naturalidad de las obras, y durante la Edad Media prácticamente desaparece.

Hasta el Renacimiento italiano en el que el mito resurgió con fuerza como tema erótico, por lo que las obras que lo representaban solían mantenerse en un ámbito privado. Debido a la falta de modelos anteriores y fuentes en las que basarse, Ovidio apenas hace referencia al mito en sus Metamorfosis, los artistas renacentistas se encontraron con una gran libertad a la hora de representarlo.

Copia de la obra de Miguel Ángel realizada
por Rubens (1598)
En 1508 Leonardo Da Vinci realizó una nueva versión del mito, representando a Leda de pie, desnuda y junto al cisne observando a sus hijos. Esta representación se convirtió en un modelo a seguir por artistas posteriores y guarda gran parecido con la obra del escultor griego Timoteo, siglo IV, de la que se conservan varias copias romanas.

Por su parte Miguel Ángel, en 1530, representó el momento de unión entre el cisne y la joven. La obra original se perdió, pero se realizaron gran cantidad de copias, algunas realizadas por sus ayudantes, pero también por artistas como Rubens.

Otro modelo a seguir lo encontramos en Venecia, donde la escena pasa a representarse en un interior en el que destacan la suntuosidad y colorido de las telas, pero manteniendo la sensualidad.

F. Boucher (1741)
A partir del siglo XVII, esta sensualidad se fue remarcando tomando una connotación erótica cada vez más explícita. Las representaciones del mito, que seguían los modelos renacentistas, se convertirían en una mera excusa para representar simples obras de disfrute erótico.

Con la llegada del arte contemporáneo el mito de Leda y el Cisne, al contrario que muchos otros temas clásicos, se mantuvo aunque perdió gran parte de su carga erótica, como en las obras de Moreau, Cezanne o la representación de Leda atómica de Salvador Dalí de 1949.

Leda Atómica (1949),
S. Dalí

05 febrero 2016

LA TENTACIÓN DE SAN ANTONIO DE EL BOSCO

En 1935, dos años después de su fundación, el museo de arte Nelson-Atkins de Kansas City (Missouri) adquirió a través de un comerciante de Nueva York, por un precio que hoy en día se desconoce, La tentación de San Antonio, una obra atribuida a un aprendiz o discípulo del pintor holandés Hieronymus Bosch conocido como El Bosco.

La obra, una pintura al óleo sobre un panel de madera de unos 38 por 25 centímetro, permaneció por más de ochenta años en los almacenes del museo, hasta que a finales de septiembre de 2015 un grupo de expertos en la obra del artista, dentro del Proyecto de Investigación y Conservación del Bosco, se interesó en ella.

Encontraron la obra en un catálogo del museo Nelson fechado en 2003 y se realizaron fotografías de alta resolución, con infrarojos y reflectografía infraroja para su estudio. Intrigados con lo que vieron, un grupo de expertos y científicos decidieron viajar hasta Kansas City para poder estudiar la obra in situ, llegando a la conclusión de que la autoría de la obra recaía en las manos del artista flamenco y no de su taller.

Hieronymus Bosch 
La nueva autoría se basa en el estudio de dibujos subyacentes, una comparación de los motivos y detalles a nivel microscópico con otros similares en obras que sin ninguna duda pertenecen a El Bosco, y a un análisis de la pincelada del artista, ya que raramente firmaba y fechaba sus obras.

La obra, datada entre 1500 y 1510, pertenecería al último período de actividad de El Bosco y formaría parte de una obra mucho mayor, seguramente sería parte de un tríptico, probablemente una de las alas, desmantelado, era corriente separar los paneles de los trípticos y venderlos por separado.

Representa al santo recogiendo agua en una jarra mientras se apoya en un bastón, mientras que en la parte inferior aparecen las representaciones típicas de la obra de El Bosco.

La tentación de San Antonio se convertirá en la principal atracción del museo Noordbrabants en Bolduque el pueblo natal del artista, como parte de El Bosco: Visiones de un Genio una exposición que conmemorará el 500 aniversario de la muerte del artista.