30 junio 2017

OBRAS DE ARTE DAÑADAS

Los museos no pueden considerarse centros de alta seguridad donde las obras que son expuestas están libres de cualquier peligro, de hecho sólo unas pocas están protegidas tras cristales antibalas, a la mayoría sólo las protege un fino cordón y algunas han sido víctimas de diversos ataques.
La Ronda de noche, (1640) Rembrandt
Una de las obras más dañadas ha sido La Ronda de noche, realizada por Rembrandt en 1640 y actualmente en el Rijksmuseum de Ámsterdam. Recibió el nombre en el siglo XIX debido a que estaba tan deteriorada y oscurecida por la oxidación del barniz y la suciedad que parecía una representación nocturna, aunque cuando se restauró en 1947 se descubrió que la acción transcurría de día, en un portalón en penumbra al que le llega un potente rayo de luz.

En 1715, debido a sus grandes dimensiones, se cortó una franja en el lado izquierdo y en la parte superior para poder instalarlo en el ayuntamiento de la ciudad. En 1911 ya en el Rijksmuseum recibió una cuchillada, de un antiguo cocinero de la marina, aunque la sólida capa de barniz impidió que sufriera ningún daño.

Dánae (1636), Rembrandt
antes de la restauración
Posteriormente, en 1975, sufrió otro ataque, esta vez un profesor, que aseguraba haber sido obligado por Jesús, atacó la obra con un cuchillo haciéndole numerosos cortes en zig-zag, y aunque fue restaurado con éxito aún quedan marcas que recuerdan el ataque.

La última agresión se produjo en 1985 cuando un visitante roció la pintura con ácido sulfúrico, aunque gracias a la rapidez de los guardias de seguridad que pulverizaron agua sobre el ácido sólo resultó dañado el barniz.

Dánae tras la restauración
En ese mismo año otra obra de Rembrandt, conservada en el museo del Hermitage de San Petersburgo, Dánae, fue también acuchillada y rociada con ácido sulfúrico por un visitante.

En 1914, Mary Richardson, una activista del movimiento sufragista, como protesta por la detención de una compañera, entró en la National Gallery de Londres y propinó siete cuchilladas en la espalda de La Venus del espejo de Velázquez.

Otras obras dañadas debido a una protesta fueron dos, de las ocho versiones, de La Fuente de Duchamp. En 1993 Pierre Pinoncelli, un artista que realizaba acciones provocadoras, orinó en La Fuente para posteriormente emprenderla a martillazos contra la obra en una exposición en Nimes, al sur de Francia, un acto que volvió a repetir en el Centro Pompidou de París en 2006.
La Venus del espejo (1647) D. Velázquez
El artista explicó que su intención era extraer una obra de arte radical del académico mundo de los museos, la hice fresca y nueva, creé algo nuevo, algo que Duchamp habría aprobado.

La Mona Lisa hoy en día es una de las obras de arte más protegidas, aunque no siempre ha sido así y, a parte del robo que sufrió en 1911, ha sido objeto de varios ataques.

La Gioconda (1503-19)
L. da Vinci
En 1956 un hombre roció con ácido la obra, dañando la parte inferior. Pocos meses después, en diciembre, un artista de origen boliviano le lanzó una piedra lo que provocó que se dañara la pintura a la altura del codo izquierdo.

En 1974, mientras estaba expuesta en el Museo Nacional de Tokio, una mujer la roció con un spray de pintura roja, aunque no le causó grandes daños. A partir de ese momento se decidió protegerla con un cristal antibalas, algo que no desalentó a una mujer rusa, que en 2009 le arrojó una taza furiosa por no haber conseguido la nacionalidad francesa.

23 junio 2017

EL RENACIMIENTO EN VENECIA: TRIUNFO DE LA BELLEZA Y DESTRUCCIÓN DE LA PINTURA

Dos ninfas en un paisaje, Palma el Viejo
El pasado 20 de junio se inauguró en el Museo Thyssen de Madrid una exposición que permanecerá abierta hasta el próximo 24 de septiembre, comisariada por Fernando Checa Cremades, catedrático de Historia del Arte de la Universidad Complutense y director del Museo del Prado entre 1996 y 2001. Se compone de 89 obras entre pinturas, esculturas y grabados del arte veneciano del siglo XVI, procedentes de colecciones privadas y museos como el Louvre o la National Gallery y en las que destacan obras maestras de artistas como Tiziano, Tintoretto, Veronés o Lotto.

Lucrecia, Veronés (1580)
La exposición es una reflexión sobre el arte veneciano a lo largo del siglo XVI aunque no se plantea el habitual programa expositivo, basado en el orden cronológico o estilístico de las obras, sino que se plantea desde una selección de temas realizados por los artistas que le dieron a este arte prestigio y renombre universal.

Estos temas se dividen en varias salas, siendo el primero la ciudad de Venecia, en Entre Oriente y Occidente: la ciudad más bella del mundo donde destaca la obra de Jacopo de'Barbari Vista de Venecia, en la que representó a la ciudad a vista de pájaro, junto a retratos de Tintoretto o el San Juan Bautista predicando de Veronés.

En Venecia y el sueño del clasicismo, se presenta el gran interés de la sociedad veneciana por la antigüedad clásica, en Belleza y melancolía del Renacimiento italiano los libros adquieren un protagonismo especial junto a varios retratos en los que, con armonía y proporción, se expresa el estado de ánimo y el universo interior del retratado a través del gesto y la mirada.
Perseo armado por Mercurio y Minerva, P. Bordoni (1545-55)
A continuación se hace referencia a la representación de la mujer, en la que bajo el título de Imágenes venecianas de la mujer se exponen una serie de retratos femeninos que adquirieron gran popularidad en Venecia a finales de 1510. En ellos se representaba a mujeres idealizadas y con una fuerte carga sensual que con la inclusión de pequeños símbolos pasaban a representar personajes históricos, bíblicos o mitológicos.

María Magdalena penitente,
Tiziano (1540-46)
En El brillo del poder se hace hincapié a la función social del retrato, en los que los atributos constituyen una manifestación de los logros profesionales, familiares, militares o políticos y en los que destaca la habilidad de los artistas para reproducir los reflejos en las armaduras de los militares, como en el retrato de Francesco Maria della Rovere de Tiziano.

En la sección de Pastorales venecianas se aprecia la importancia que este género adquirió en Venecia, en los que se mezclaba junto a los rebaños y pastores, ninfas y sátiros o escenas bíblicas.

Por último nos encontramos con el Ocaso del Renacimiento en el que se reúne un conjunto de obras cuyo único vínculo de unión es una pincelada que se disgrega y descompone en busca de la expresividad, una búsqueda iniciada por Tintoretto a partir de la década de 1550.

16 junio 2017

CURIOSIDADES SOBRE LA GRAN PIRÁMIDE DE GUIZA

Postal del siglo XIX de la Gran Pirámide de Guiza
La pirámide de Keops, conocida como la Gran Pirámide de Guiza, fue construida por orden del faraón de la cuarta dinastía Keops, Jufu en egipcio antiguo, en torno al año 2570 A.C.

Fue la primera, de las tres grandes pirámides, que se construyeron en la Necroṕolis de Guiza, al oeste del río Nilo ya que los antiguos egipcios asociaban el ocaso del sol con la muerte, y la más grande de todas.

Sus dimensiones, según el egiptólogo británico William Flinders Petrie, son de 136,86 metros de altura, aunque antiguamente llegó a medir hasta 149,40 metros, unos 230 metros cada lado y tiene una pendiente de 51 grados.

Estas dimensiones la convirtieron en el edificio más alto de la antigüedad hasta la construcción, en el siglo XIV, de la catedral de Lincoln en Inglaterra.

Aunque no se vea a simple vista la Gran Pirámide tiene en realidad forma octogonal, ya que sus cuatro lados están formados por dos planos con una ligera pendiente hacia el centro.

Está perfectamente alineada con el norte geográfico, hoy en día hay un pequeño error debido al desplazamiento del eje terrestre, y a su vez junto con las pirámides de Kefrén, Jafra, y Micerino, Menkaura, se alinean de forma que coinciden con la constelación de Orión, que los antiguos egipcios asociaban con Osiris, el dios de la resurrección.

Su constructor fue Hemiunu, chaty, visir, del faraón Jufú.

Exteriormente estaba recubierta, al igual que las pirámides de Jafra y Menkaura, con una capa de piedra caliza blanca, procedente de las canteras de Tura, muy pulida para que brillara con los reflejos del sol.

En su interior, enterrada en un foso, se encontró una barca funeraria desmontada que llevó catorce años montar, según el ritual funerario egipcio sería la encargada de transportar a Jufú en su viaje al más allá. También se encontró, en la cámara del rey, un sarcófago de granito sin inscripciones que debió ser depositado durante la construcción de la pirámide, ya que es demasiado ancho para ser transportado por los pasadizos de esta.

Barca funeraria del faraón Jufú

La Gran Pirámide de Guiza es la más antigua, y la única que se conserva en pie, de las siete Maravillas del Mundo Antiguo.

09 junio 2017

EL EXPOLIO DEL CLAUSTRO DE SANTA MARÍA LA REAL DE SACRAMENIA

Antiguo monasterio de Sacramenia
En 1925 un excéntrico millonario americano, William Randolf Hearst (inspiración de Orson Wells para su personaje en Ciudadano Kane), se encaprichó del claustro del monasterio cisterciense de Santa María la Real de Sacramenia, Segovia, para decorar los jardines de su castillo de San Simeón en California.

Para realizar la compra, el claustro se encontraba en manos privadas tras la desamortización de Mendizábal, se puso en contacto con Arthur Byne, un arquitecto americano que durante las dos décadas, de 1915 a 1935, que vivió en España compró, robó, engañó y sobornó sin miramientos para hacerse con gran parte del patrimonio arquitectónico español, iglesias, palacios, artesonados mudéjares... que fueron enviados, la mayoría ilegalmente, a Estados Unidos.

El 24 de septiembre compró el claustro junto con el refectorio y la sala capitular por 500.000 dólares y enseguida empezaron los trabajos de desmontaje.

Montaje del claustro en Miami (1952)
Todas las piezas arquitectónicas, esculturas y piedras que lo conformaban fueron embaladas en más de 10.000 cajas numeradas y enviadas por tren hasta Valencia, desde donde, con un permiso de exportación de materiales de construcción, salieron con destino a Nueva York.

De esta manera se perdía un monasterio fundado en 1141 por Alfonso VII de León. Construido entre los siglos XII y XIII, siguiendo las pautas de la arquitectura cisterciense, en un primer momento bajo el estilo románico y posteriormente con el gótico inicial.

Al llegar a Estados Unidos las autoridades portuarias, como medio para prevenir posibles epidemias, mandaron quemar la paja que contenían las cajas por lo que se tuvieron que desembalar todas las piezas y volverlas a guardar de nuevo, aunque en esta ocasión nadie se fijó en la numeración.

Claustro del monasterio en Miami
Se guardaron en un almacén del Bronx, pero con la llegada de la Gran Depresión de 1929 y sus problemas financieros Hearst lo olvidó por completo.

Hasta que en 1952 dos empresarios de Miami, William Edgemon y Raymon Moss decidieron comprarlo y convertirlo en una atracción turística en North Miami Beach.

Las obras se finalizaron en 1964 completando el conjunto con elementos de otras construcciones, como el monasterio de San Francisco de Cuéllar, Segovia, pero los altos costos de la reconstrucción y la construcción de una autopista que alejaba los turistas de la zona hicieron que Edgemon y Moss vendieran el complejo a la iglesia episcopal que le cambió el nombre por Monastery of St. Bernard of Clairvaux, y lo mantiene y alquila para celebrar bodas, fiestas de quinceañeras... 

02 junio 2017

ARTE EN PALMA: LUGAR DE ENCUENTROS VII

Lugar de encuentros VII, Palma
Bajo el título Lugar de encuentros, el escultor Eduardo Chillida realizó en los años 70 una serie de seis esculturas que se instalaron en diversas ciudades españolas.

El escultor consideraba estas obras como lugares de encuentro, espacios para el diálogo y la convivencia.

Se construyeron en hormigón, excepto Lugar de encuentros II, a pesar del título la primera que realizó, que fue construida en acero y en ella plasmó las características que definirían al resto de la serie, módulos abrazadera en y, planos interiores curvos y la creación de un espacio interior al que se pudiese acceder.

Lugar de encuentros II, Madrid
Lugar de encuentros VI y VII fueron las últimas obras de la serie, realizadas en 1974, y fueron adquiridas en 1976 por la Fundación March. La primera se instaló en la sede de la fundación en Madrid y la segunda junto a la oficina central del banco en las avenidas de Palma.

En 1998 la fundación la donó al ayuntamiento de la ciudad y un año después, tras su restauración, y en consenso con el escultor, se decidió ubicarla al final de La Rambla, donde continúa.