24 noviembre 2017

ANGLADA-CAMARASA. RINCONES PREDILECTOS

Los Elefantes (1914-36)
Del 26 de octubre al 2 de septiembre de 2018 se puede visitar en las salas dedicadas de forma permanente a la obra del pintor Hermenegildo Anglada-Camarasa en el CaixaForum de Palma, una muestra en la que se exploran los intereses del artista catalán por los paisajes.

Comisariada por la nieta del pintor, Silvia Pizarro, se pueden contemplar 44 piezas, entre ellas 35 pinturas, ocho dibujos y una fotografía que forman parte del fondo de la Obra Social “La Caixa”, la familia Anglada-Camarasa, colecciones particulares y, de forma excepcional, dos obras, como son Costa del Colomer (1927) y Lledoners de Bóquer (1918) que pertenecen al Conventet y a la Diputción de Barcelona en depósito en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC).

Cubierta de barco de pesca (1904)
La exposición propone un paseo por algunos de los lugares que fascinaron al pintor, entre ellos Francia, país al que viajó en varias ocasiones, desde sus inicios en el mundo del arte, a finales del siglo XIX, años de precariedad y privaciones, hasta su último viaje en 1939, donde le sorprendió la guerra y donde viviría durante diez años, exiliado y con pocos medios, o Mallorca, que es decir Pollença, el centro de su mundo insular, y donde se refugió huyendo de la Primera Guerra Mundial, un lugar al que siempre volvería y donde pintó las nubes de la bahía, las rocas de Bòquer o la costa de Formentor.

Anglada-Camarasa trabajó en sus paisajes con un riguroso procedimiento, observar detenidamente su entorno, encontrar el objeto, captar la esencia en una nota rápida y, una vez en el taller, dar forma a la obra definitiva, más compleja.

La exposición está dividida en ámbitos que responden a la localización de los paisajes y permite explorar una nueva visión de las obras de la colección “La Caixa” Anglada-Camarasa.

18 noviembre 2017

SALVATOR MUNDI: LA OBRA SUBASTADA MÁS CARA

El pasado jueves la casa Christie´s subastó en Nueva York Salvator Mundi, una obra realizada por Leonardo da Vinci hace cinco siglos y por la que un comprador, del que se desconoce su identidad, pagó 450,3 millones de dólares la cifra más alta jamás pagada y que despojó del título a Mujeres de Argel de Pablo Picasso, que fue vendido hace dos años por 160,9 millones de euros.

Propiedad del coleccionista ruso Dmitry Rybolovlev, quien la adquirió en 2013 por 127,5 millones de dólares, es la única obra realizada por el artista italiano que se encuentra en manos privadas. Fue realizada, según los expertos, entre 1490 y 1500, las mismas fechas en las que Leonardo trabajaba en la Mona Lisa, aunque no fue redescubierta hasta 2005.

En ella se representa a Cristo como rey y salvador del mundo, pintado de frente y sosteniendo con la mano izquierda una esfera transparente que simboliza la totalidad del cosmos, mientras que con la derecha realiza el gesto de la bendición latina.

Se cree que Leonardo la realizó para la familia real francesa y que Enriqueta María de Francia se la llevó consigo a Inglaterra en 1625, al casarse con el rey Carlos I. La obra decoró las estancias privadas de la reina en el palacio de Greenwich.

Desapareció tras ser subastada en 1736 y no se volvió a saber de ella hasta casi doscientos años después, cuando en 1900 fue adquirida por Sir Charles Robinson como una obra realizada por un seguidor de Leonardo, Bernardino Luini, para formar parte de la colección Cook.

Se mantuvo olvidada en la colección junto a otras obras y no se volvió a tener noticias de su existencia hasta 1958 cuando fue de nuevo subastada, esta vez por la casa Sotheby's, por 45 libras, tras lo que volvió a desaparecer.

Pasados casi cincuenta años volvió a reaparecer, y otra vez, en una subasta en 2005, siendo adquirida por el consorcio privado neoyorquino RW Chandler, que encargó a Robert Simon, doctor en Historia del Arte de la Universidad de Columbia en Nueva York, una investigación que determinara su autoría.

Tras cinco años de investigación se llegó a la conclusión de que la obra había sido realizada por el propio Leonardo da Vinci, estaba documentada mediante dos dibujos preparatorios realizados por el propio da Vinci y más de 20 copias pintadas por sus discípulos, así como por un grabado realizado en 1650 por el artista Wenceslao Hollar.

Esta autoría se reafirmó en 2011 cuando formó parte de una exposición en la National Gallery de Londres sobre Leonardo da Vinci como pintor en la Corte de Milán.
Antes y después de su restauración (Christie's).

Aunque algunos expertos mantienen sus dudas. A lo largo de los años la pintura sufrió varias alteraciones y restauraciones, realizadas por artistas y aficionados, que llegaron a dañar la obra en gran medida. En 2007 tuvo que ser sometida a un profundo proceso de restauración que, según el crítico de arte Jerry Saltz hace que el 90% del cuadro haya sido pintado en los últimos 50 años, haciéndolo parecer una versión soñada de un da Vinci perdido.

Otras razones esgrimidas son que ninguna obra de da Vinci tiene una composición frontal, plana, a modo de un icono religioso o que la bola de cristal que sostiene en la mano izquierda no carezca de un reflejo invertido, como ocurriría en la realidad, un detalle que para un científico obsesionado con la óptica como era el caso de da Vinci sería impensable.

10 noviembre 2017

CURIOSIDADES SOBRE LA TORRE EIFFEL

La torre Eiffel empezó a construirse el 28 enero de 1887 como parte de la Exposición Universal que se celebraría en 1889 en París.

El proyecto se impuso a otros como el de una guillotina gigante (la Exposición Universal coincidía con el primer centenario de la Revolución francesa).

Gustave Eiffel había presentado el proyecto con anterioridad a diferentes ciudades, entre ellas Barcelona, que lo rechazaron por su costo y “rareza” ya que parecía el simple esqueleto de un edificio

Hoy en día encontramos réplicas de la torre en todo el mundo. La mayor se encuentra en Las Vegas y mide 165 metros y la más pequeña de 3 metros en París, Mihigan.

Su construcción costó casi 8 millones de francos de la época, en ella trabajaron 250 obreros y 50 ingenieros que tardaron dos años, dos meses y cinco días en acabarla.

A pesar de lo arriesgado del trabajo sólo consta la muerte de un obrero, aunque fue un domingo al perder el equilibrio durante una demostración a su prometida.

El proyecto fue elaborado por dos ingenieros de la compañía Eiffel, Maurice Koechlin y Émile Nouguier con la colaboración del arquitecto Stephen Sauvestre.

La torre se inauguró el 31 de marzo de 1889 y se abrió al público el 6 de mayo de ese mismo año siendo una de las principales atracciones de la exposición.

En su inauguración se utilizaron 10.000 luces de gas para iluminarla, que en 1900 se sustituyeron por luces eléctricas.

En un primer momento se llamó tour de 300 mètres, torre de 300 metros, en honor a su altura, 300 metros, lo que la convirtió en la estructura más alta del mundo hasta la construcción del edificio Chrysler de Nueva York en 1930.

En la primera planta había tiendas de regalos, restaurantes e incluso un teatro. En la zona superior se encontraba el apartamento privado de Gustave Eiffel.

A partir de 1900, debido a la escasa venta de entradas, que costeaban gran parte de su mantenimiento, la torre corrió el peligro de ser demolida, aunque se salvó al ser utilizada por el ejército para la instalación de antenas y equipos de radio.

Desde 1925 hasta 1934 estuvo instalado un anuncio luminoso de la marca Citroën.

También en 1925, Victor Lustig vendió la torre a varios empresarios. Haciéndose pasar por representante del gobierno francés les vendió el acero como chatarra.

Tras la ocupación nazi la resistencia francesa cortó los cables de los ascensores que no fueron reparados hasta 1946.

En 1944 ante el avance aliado sobre París Hitler ordenó al general Dietrich von Choltitz destruir la torre junto a otros monumentos emblemáticos, orden que no fue obedecida.

Con el incremento de turistas en los años 60 la torre se convirtió en uno de los monumentos más visitados del mundo.

La torre cuenta con 1665 escalones, 5 ascensores de la planta baja a la segunda y 2 baterías con 2 duo-lifts de la segunda planta hasta la cima.

Se pinta cada siete años con una pintura sin plomo de color bronce de tres tonalidades diferentes, más clara en la cima y más oscura en la base, que sustituye al color marrón rojizo original.

En 2007 la estadounidense Erika LaBrie enamorada de la torre Eiffel se casó con ella, cambiando su nombre por el de Erika Eiffel.

03 noviembre 2017

NEOIMPRESIONISMO

Un baño en Asnieres (1884), G. Seurat
A finales del siglo XIX un grupo de artistas, encabezados por George Seurat, se apartaron del impresionismo, para girar hacia una técnica pictórica más medida, basada en la ciencia y el estudio del color y la óptica.

En sus obras volvió a cobrar importancia el dibujo, abandonado por los impresionistas, la geometrización de las formas y el uso de colores primarios. Regresaron al estudio, dejando atrás la espontaneidad y el trabajo al aire libre, ya que las pinturas que realizaban necesitaban de un proceso lento y meticuloso.

Se mantuvieron los mismos temas que con anterioridad habían interesado a los impresionistas, aunque se dio mayor énfasis a todo lo relacionado con el ocio y tiempo libre de la burguesía.

Capo di Noli (1898), P. Signac
Sus trabajos se basaron en las teorías de diversos autores como Eugène Chevreul y Odgen Rood, que conocieron a través de la obra de Charles Blanc, Grammaire des arts au dessin, un libro formado a partir de las ideas de los anteriores pero explicadas en términos que eran más fáciles de comprender para los artistas.

La importancia de estos escritos radicó en el hecho de que por primera vez se daba importancia científica a cómo el ojo percibe los colores, y a partir de ellos los artistas llegaron a la conclusión de que el uso de pequeños toques de color puro, que no se mezclaban entre si sino que se colocaban uno al lado del otro y eran observados desde una cierta distancia aportaban más luminosidad al color de la que se conseguía a través de la mezcla convencional de los pigmentos en la paleta.

Seurat denominó a este nuevo estilo cromoluminarismo, aunque fue más conocido como divisionismo. Se caracterizaba por la separación del color a través de trazos individuales de pigmento y se desarrolló junto con el puntillismo, un término acuñado por los críticos de arte a finales de la década de 1880 para ridiculizar las obras, y que se caracterizaba por la aplicación de puntos diminutos y precisos de pintura.

Briqueterie Delafolie à Eragny (1986-88),
C. Pissarro
El inicio del neoimpresionismo puede fecharse en 1884 cuando varios artistas, entre ellos Seurat y Signac, rechazados por el Salón de París, decidieron crear la Societé des Artistes Indépendants, Sociedad de los Artistas Independientes, y montar sus propias exposiciones. En la primera exposición, realizada en 1884, Seurat expuso su gran obra Un Domingo en la Grand Jatte.

En 1886, durante la octava y última exposición impresionista en París, el crítico de arte Félix Fénéon utilizó por primera vez, en la revista L'Art Modern, el término neoimpresionismo para describir las pinturas de Seurat, Paul Signac y Camille Pissarro expuestas.

A partir de la década de 1890 la influencia del neoimpresionismo fue disminuyendo, aunque su estilo y técnica influenciarían a artistas posteriores como Van Gogh, Matisse o Cézanne.