23 febrero 2018

CURIOSIDADES SOBRE LA PRIMAVERA DE SANDRO BOTTICELLI

Fue realizada entre 1477 y 1482 para Lorenzo de Pierfrancesco Medici, primo de Lorenzo el Magnífico, de quien se sugiere fue el modelo para el retrato de Mercurio mientras que su esposa, Semiramide Appiani, fue representada como una de las tres gracias, a la que Eros está a punto de disparar su flecha.

Otras teorías sostienen que el modelo para Mercurio fue Giuliano Medici, hermano de Lorenzo el Magnífico, y la gracia representaría a Simonetta Vespucci, musa de Botticelli y considerada la mujer más hermosa de Florencia.

Simonetta también aparece representada como Flora.

Hasta 1550 la obra carecía de título, La Primavera, como es conocido hoy en día, se lo dio Giorgio Vasari cuando contempló el cuadro en Villa Castello, una de las villas de los Medici en Florencia.

Autorretrato de S. Botticelli
El verdadero nombre de Sandro Botticelli era Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, el apodo de Botticelli le proviene de sus hermanos mayores y hace referencia a su robustez, (botticello, barrica).

Tras su muerte su obra no fue muy valorada, quedando eclipsada por los grandes maestros del Cinquecento, Miguel Ángel, Leonardo y Rafael, siendo recuperada a finales del siglo XIX.

Se conserva en la Galería Uffizi de Florencia, donde fue expuesta por primera vez en 1815.

Es una obra de gran tamaño, 203 centímetros de alto por 314 de ancho, en el que los personajes están representados a tamaño natural y con una gran atención al detalle.

Aparecen representadas más de cien tipos diferentes de flores.

Se le han atribuido diferentes interpretaciones tanto mitológicas como filosóficas.

Simonetta Vespucci como Primavera
Mitológicamente hace referencia al De Natura Rerum de Lucrecio y la Metamorfosis y los Fastos de Ovidio, donde se relata el origen de las fiestas de las Florarias en Roma.

La composición, leída de derecha a izquierda, representa a Céfiro, dios del viento, secuestrando a la ninfa Cloris para convertirla en su esposa, a continuación representa a Flora, la ninfa Cloris transformada por Céfiro. En el centro la diosa del amor, Venus, y sobre ella su hijo Cupido. A la izquierda las Tres Gracias y el dios Mercurio, mensajero de los dioses.

Filosóficamente haría referencia a las ideas humanistas propias del Renacimiento, Venus como Humanitas separaría los valores materiales, representados a la derecha, de los espirituales, a la izquierda. 

16 febrero 2018

RUBENS Y LA DECORACIÓN DE LA TORRE DE LA PARADA

Apolo persiguiendo a Dafne (1636-38),
T. van Thulden
La exposición Arte y mito. Los dioses del Prado, hasta el próximo 18 de febrero en el CaixaForum de Palma, muestra gran parte de las obras realizadas para la decoración de la Torre de la Parada, encargadas a Rubens a mediados del siglo XVII por el rey Felipe IV.

La Torre de la Parada fue un pabellón de caza ubicado a las afueras de Madrid, en el monte del Pardo, mandado construir en 1547 por Felipe II, siendo aún príncipe, al arquitecto Luis de Vega, quien construyó un edificio de marcada verticalidad en mampuesto y ladrillo.

A mediados del siglo XVII Felipe IV, gran amante de la caza, decidió emprender una importante reforma, tanto arquitectónica como decorativa, que transformó el edificio.

Vulcano y el fuego (1636-38), P.P. Rubens
Las obras se encargaron al arquitecto real Juan Gómez de Mora, mientras que la decoración fue encargada a varios pintores, la mayoría españoles y flamencos, como Velázquez, que realizó retratos de la familia real con el atuendo de cazador y los retratos de los filósofos Esopo y Menipo, o Vicente Carducho que se encargó de la decoración del oratorio.

Aunque el conjunto de obras más importantes fue el que formaban los sesenta y tres lienzos de gran formato con escenas mitológicas encargados a Rubens, que en aquel entonces era el pintor más prestigioso de Europa.

Para hacer frente al encargo, Rubens decidió dividir el trabajo entre su taller y otros artistas flamencos como Jacob Jordaens, Peeter Symons, Jan Cossiers o Theodoor van Thulden.

Las escenas representadas seguían en su mayoría el relato de la Metamorfosis de Ovidio, aunque también se incluían escenas de la vida de Hércules y representaciones de figuras alegóricas y de los filósofos Heráclito y Demócrito.

La caída de Faetón (1636-38), J.C. Van Eyck
Rubens realizó todos los bocetos del ciclo sobre pequeñas tablas de madera de roble, a partir de los cuales los artistas debían realizar las obras definitivas que firmaban con su propio nombre, como Baco y Ariadna de Erasmus Quellinus o Apolo persiguiendo a Dafne de Theodoor van Thulden. Rubens se encargó también de realizar varias obras, de las que sólo nos han llegado catorce, como Vulcano, El rapto de Ganímedes o Diana y sus ninfas cazando.

Las obras llegaron a Madrid, desde Amberes, en 1638, apenas dos años después del encargo lo que da muestras de la rapidez con la que se realizaron, y se instalaron en la Torre.

Gracias a un inventario realizado en 1700, con motivo de la muerte de Carlos II, se sabe que el total de las obras encargadas para la decoración era de ciento setenta y seis pinturas, algunas de ellas perdidas durante el incendio de la Torre provocado por las tropas austriacas durante la guerra de Sucesión Española.

Hoy en día la mayor parte de las obras conservadas se encuentran en el museo del Prado.


09 febrero 2018

ARTE Y MITO, LOS DIOSES DEL PRADO

El próximo domingo 18 de febrero finaliza en el CaixaForum de Palma la exposición Arte y mito. Los dioses del Prado, una exposición inédita, organizada por la Obra Social La Caixa y el Museo Nacional del Prado, en la que se muestra una amplia mirada sobre la mitología clásica y su representación a lo largo de la historia del arte.
Prometeo y Atenea crean al primer hombre, taller romano
Está compuesta por 50 obras de las colecciones del Museo del Prado, pinturas, esculturas y objetos datados entre los siglos I A.C y finales del siglo XVIII, de artistas de la talla de Francisco de Zurbarán, José de Ribera, Pedro Pablo Rubens y Leone Leoni, entre otros.

Junto a las obras se presenta un montaje audiovisual de danza contemporánea, a partir de las coreografías de Toni Mira, Premio Nacional de Danza 2010, en las que las imágenes de las esculturas y pinturas cobran vida, presentando así una nueva forma de dar a conocer la mitología clásica.

Narciso (1636-38,) J. Cossiers
La exposición está estructurada en ocho bloques temáticos relacionados con diferentes aspectos de la mitología clásica, en la que se recogían las historias de los dioses y semidioses y la relación de estos con los hombres.

También servían para explicar un sinfín de fenómenos de la naturaleza o del universo, surgiendo infinidad de divinidades que personificaban montañas, fuentes, ríos, vientos, constelaciones... y también todo tipo de árboles y de especies animales que convivían con los hombres.

Toda esta mitología sirvió de inspiración a lo largo de los años a numerosos artistas que la plasmaron en cerámicas, bloques de mármol, medallas, tablas y lienzos.

La primera área que abre la exposición es Una historia que contar, centrada en la evolución de los mitos, desde narraciones no escritas, que se transmitían oralmente, hasta ser escritas por primera vez por Homero y Hesíodo en el siglo VIII A.C., sin olvidar a autores posteriores como Apolodoro, Virgilio u Ovidio.

El rapto de Europa (1636)
E. Quellinus
La segunda se refiere a Los dioses del Olimpo, denominados así por el monte Olimpo el lugar donde tenían su morada los principales dioses griegos, encabezados por Zeus, padre de los dioses y los hombres, que mantuvo innumerables aventuras con diosas, ninfas, mujeres mortales...

Los espíritus libres, la tercera área de la exposición, hace referencia a los seres y personajes, vinculados a menudo a distintos fenómenos de la naturaleza, que acompañan a los dioses clásicos y les sirven para satisfacer sus necesidades o apetitos carnales, siendo partícipes también de sus fiestas y celebraciones, ninfas, musas...

En la siguiente, Amor, deseo y pasión, se representa los enamoramientos y amores de los dioses. Un amor que al igual que otros fenómenos es también un dios, Eros o Cupido, un niño alado que se divierte hiriendo los corazones con sus flechas, las de oro provocan amor, las de plomo, odio.

En la quinta Faltas y castigos, se muestran las pugnas y disputas entre distintas divinidades y los castigos que estos imponían a los hombres o a otros dioses menores que se alzaban contra ellos, castigos que podían tener un carácter indefinido, eterno.

Detalle cabeza del dios Baco (1636)
J. de Ribera
En Metamorfosis divinas y humanas vemos como los principales dioses grecorromanos, que tenían una extraordinaria capacidad para alterar su aspecto físico y adquirir una nueva identidad, la utilizaban para alcanzar sus objetivos, relacionados la mayoría de las veces con el placer carnal.

En la siguiente, Héroes, se nos presentan a estos hijos de dios y mortal o diosa y mortal, aunque también hubo héroes hijos de dos simples mortales, que alcanzaron fama y gloria con sus hazañas.

En la última, La guerra de Troya, el gran enfrentamiento entre griegos y troyanos, vemos como los dioses también intervinieron de forma activa y decisiva apoyando a uno u otro bando.

02 febrero 2018

STAR WARS EN EL ARTE

Una de las sagas cinematográficas más importantes de los últimos años se ha colado en algunas de las obras de arte más importantes de la historia y este es el resultado.

· El droide quirúrgico 2-1B en la Lección de Anatomía de Rembrandt




· Darth Vader en Mujer con parasol de Monet


· Naves surcando el cielo en Noche estrellada sobre el Ródano de Van Gogh


· C3PO en El grito de Munch


· Yoda en Cabeza de perro de Renoir