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Posible autorretrato de Clara Peeteres (hacia 1610) |
Clara Peeters fue una de las pocas mujeres pintoras activas en Europa
durante el siglo XVII, una época en la que los prejuicios sociales
hacían que las mujeres se encontraran con grandes dificultades para
poder desarrollar una carrera profesional.
No
se sabe mucho sobre su vida y la poca información que tenemos
procede de las obras que pintó entre los años 1607, fecha en la que
encontramos su primer cuadro firmado, y 1621, año en la que aparece
su última obra fechada.
De
la escasa producción conocida de Peeters, unas cuarenta obras, sólo
once tienen la fecha de su realización, lo que hace muy difícil
poder saber si estos son los únicos años en los que trabajó o su
carrera se extendió en años posteriores.
Tampoco
conocemos su fecha de nacimiento, pero por el primero de
sus cuadros
que conocemos, realizado en 1607, en el que se aprecia un estilo
propio de una etapa de aprendizaje, los historiadores han podido
fechar su nacimiento en torno a los años 1588-1590 en la ciudad de
Amberes, o por lo menos en esta ciudad sería donde realizó gran
parte de su obra.
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Bodegón con copas de cristal (1607) |
En
un documento de 1635 se describe un cuadro como banquete de dulces
pintado en 1608 por una mujer, Claer Pieters, de Amberes. A
parte de esto, pintaba sobre madera de roble con el sello del gremio
de los madereros de Amberes y en algunas de sus obras aparecen
representados cuchillos de plata en los que también aparece el sello
de la ciudad de Amberes.
Su
obra debió gozar de cierto prestigio y difusión, ya que en el siglo
XVII algunos de sus cuadros aparecen documentados en grandes
colecciones, como la del marqués de Leganés, al que Rubens
describió como uno de los grandes conocedores y coleccionistas de
arte de su época, o la del rey Felipe IV, en 1666 dos de sus obras
aparecen documentadas en las colecciones reales.
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Mesa (1611) |
Debido
a las limitaciones impuestas a las mujeres artistas, Clara Peeters no
pudo estudiar anatomía humana, normalmente se pintaban modelos
desnudos, por lo que se tuvo que dedicar a un género que en la época
se consideraba menor, los
bodegones.
En
ellos podemos ver el retrato de las costumbres, los gustos y la
cotidianeidad de la alta sociedad de su época. Sus bodegones
aparecen repletos de manjares como los peces de agua dulce, las
alcachofas, procedentes de África y consideradas afrodisíacas, o
las aves de caza, exclusivas de la nobleza, que se acompañan de
objetos lujosos como las porcelanas chinas, las copas de cristal
veneciano y los saleros de plata, la sal era un bien escaso y
preciado.
Meticulosa
en el detalle, Peeters incluyó pequeños autorretratos en miniatura
reflejados en las copas, jarras o candelabros de algunos de sus
bodegones, como una manera de reafirmarse como pintora y mostrar su
habilidad y maestría. También aparece su nombre grabado en varios
cuchillos de plata, los comensales de la época solían llevar sus
propios cuchillos a los banquetes, no había tenedores, y solían
incluirse entre los regalos de boda.
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Bodegón con cangrejo, camarones y langosta |
En
2016 Clara Peeters se convirtió en la primera mujer artista a la que
el museo del Prado dedicó una exposición.