En
1880 Rodin, que ya tenía una importante reputación como escultor,
recibió el encargo del estado francés para realizar unas puertas
monumentales en bronce, Las puertas del infierno, para el
nuevo museo de artes decorativas de París.
Como
tema para decorar las puertas eligió la obra El Infierno de
Dante. Para el panel central de la puerta izquierda, Rodin diseñó
un relieve en el que se representaría la pasión ilícita entre Paolo
y Francesca, un tema muy popular en el arte durante el siglo XIX.
Según
la narración de Dante, Paolo y Francesca se enamoraron mientras
leían la historia de Lanzarote y Ginebra. Cuando el marido de
Francesca, y hermano de Paolo, los descubrió los mató a puñaladas.
Rodin
decidió representar a los amantes en el momento de su primer beso,
de la mano de Paolo se
desprende el libro que leían.
Representa los cuerpos
entrelazados mientras se abrazan y besan apasionadamente, esculpidos
de forma naturalista aunque ligeramente idealizados, contrastando con
la roca donde se posan, de aspecto rugoso y non finito.
Puertas del Infierno |
A
mediados de 1880 los planes para realizar el nuevo museo de artes
decorativas se paralizaron, al
igual que el proyecto de las puertas, que no se fundieron en bronce
hasta después de la muerte del escultor. Sin embargo, Rodin, decidió
que su bajorelieve de Paolo y Francesca debía representarse como una
escultura exenta.
Realizó
varias esculturas de menor tamaño en yeso, terracota y bronce, y en
1887 el estado francés le encargó una versión en mármol de mayor
tamaño, que actualmente se
exhibe en el museo Rodin de París.
Durante
la siguiente década la escultura permaneció en el taller del
artista hasta que, en 1898, decidió exhibirla en el Salón
de París junto a la escultura
del escritor Honoré de Balzac, y mientras esta fue ridiculizada, El
beso fue un gran éxito, hasta
el punto que la compañía Barbedienne ofreció
al artista un contrato para producir pequeñas réplicas en bronce.
En
1900 Perry Warren, un coleccionista y anticuario estadounidense,
encargó a Rodin una copia de la escultura que le fue entregada en
1904, siendo depositada en
los establos, no se sabe si por su gran tamaño o porque no llegó a
cumplir con sus
expectativas.
Durante
la I Guerra Mundial,
Warren, prestó la obra al ayuntamiento de Lewes, pero muchos
pensaron que la indecencia de los desnudos podría
incitar comportamientos lascivos entre los soldados, por lo que se
tapó y se devolvió al establo, ocultándola
con balas de heno para protegerla de las bombas.
En
1928, tiempo después de la muerte de Warren, se intentó subastar
pero no alcanzó el precio que pedían por ella, permaneciendo en la
galería de arte Cheltenham hasta que en 1953 la Galería Tate la
adquirió.
En
las mismas fechas que recibía el encargo de Perry Warren, Rodin
recibió también el del coleccionista danés Carl Jacobsen, una
tercera copia de la obra que se encuentra en el museo Gliptoteca Ny Carlsberg de Copenahgue.