LA CASA DE LA CASCADA, FRANK LLOYD WRIGHT

Casa de la Cascada
En los años 30 los arquitectos de Estados Unidos continuaban con las pautas iniciadas por la Escuela de Chicago a finales del siglo XIX, tras el gran incendio que sufrió la ciudad en 1871, en las que se daba mayor importancia a las viviendas colectivas, rascacielos, que a las unifamiliares.

Aunque encontramos una excepción en la arquitectura de Frank Lloyd Wright, considerado uno de los principales exponentes de la arquitectura del siglo XX, que desde los inicios de su carrera se decantó por el diseño de viviendas unifamiliares integradas en la naturaleza.

Considerado como el precursor de la arquitectura orgánica, en la que se busca una armonía entre el hombre y la naturaleza, sus viviendas se caracterizan por crear espacios internos que se unen con los externos, naturaleza.


Un ejemplo de esta arquitectura es la casa de la cascada, Falling Water House, encargada en 1935 por Edgar Kaufmann, dueño de unos grandes almacenes en Pittsburg, como casa de vacaciones.

Se construyó sobre una pequeña cascada del río Bear Run en Pensilvania y fue considerada como la obra más importante de la carrera de Wright y la mejor obra de la arquitectura estadounidense de la historia por el American Institute of Architects.

Interior
En su arquitectura se deja entrever el contacto que mantuvo Wright con las corrientes racionalistas europeas mediante la inclusión de grandes planos horizontales de hormigón que se contraponen a los muros verticales de piedra, aunque sin llegar a cerrar el espacio y convertirlo en un cubo gracias a los grandes ventanales y terrazas que permiten una continuidad entre el interior y el exterior.

La casa, hoy en día un museo del Western Pennsylvania Conservancy, se divide en tres plantas escalonadas, diseñadas en función de las necesidades de su propietario. La planta principal está formada por una gran sala de estar centrada en la chimenea, rodeada de piedras naturales, y la cocina, mientras que en el segundo piso se disponen dos habitaciones, los baños y el despacho del señor Kaufmann. En la tercera planta se construyó un mirador.

Es la única casa diseñada por Wright que está abierta al público y se muestra con su mobiliario original, diseñado también por el propio arquitecto.