Zahi Hawass, antiguo jefe del departamento de antigüedades de Egipto,
junto con el Consejo Supremo de Antigüedades egipcio ha pedido
reiteradamente la devolución de los tesoros perdidos de Egipto,
entre ellos la piedra de Rosetta, que está en el British Museum, el famoso busto de Nefertiti, en
el museo Egipcio de Berlín, el zodíaco de Dendera, en
el Louvre, o la estatua de Hemiunu, el arquitecto de la gran pirámide, en el Roemer-und Pelizaeus-Museum, Alemania.
Zodíaco Dendera, Museo del Louvre |
Todas
estas obras salieron de Egipto en diferentes momentos y
circunstancias, algunas como
la escultura de Hemiunu, descubierta en 1912 por Hermann Junker, fue
adquirida legalmente por el coleccionista Wilhelm Pelizaeus, en
cambio otras como el busto de Nefertiti, hallado en 1912
por el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt, o
el zodíaco de Dendera
fueron sustraídas de manera
ilegal.
Según
las leyes egipcias del
momento, el partage o
reparto de hallazgos arqueológicos, debían presentarse a las
autoridades
egipcias las obras encontradas
y eran estos quienes decidían
que obras podían salir del país, Borchadt con la excusa que las
obras estaban ya embaladas enseñó una foto mal tomada del busto
asegurando que era de una escultura
irrelevante de una
de las hijas de Akenatón,
consiguiendo así sacar el
busto de Nefertiti del
país.
Grabado del zodíaco Dendera (S. XIX) |
El
zodíaco de Dendera, esculpido
en el techo de una de las cámaras del templo de Hathor, fue
descubierto durante las campañas napoleónicas y se dio a conocer en
Francia gracias a un boceto
realizado por Vivant Denon.
El zodíaco despertó un gran
interés por la controversia en torno a la fecha en
que había sido tallado y su significado
convirtiéndose en una pieza
muy valorada, por lo que Sebastien Saulnier y su agente, Jean
Baptiste Lelorrain, lo desprendieron del techo y lo trasportaron a
Francia vendiéndoselo al rey Luis XVIII por ciento cincuenta mil
francos.
Pero
no sólo Egipto ha sufrido el expolio de sus bienes arqueológicos,
uno de los casos más conocidos es el de los mármoles de Elgin,
formado por parte de la
decoración del Partenón y piezas de otros edificios de la Acrópolis de Atenas, como el Erecteón o el templo de Atenea Niké, y que hoy
en día se encuentran en las salas del British Museum.
En
1800, Lord Thomas Bruce Elgin, séptimo conde de Elgin y embajador
británico ante el Imperio Otomano, consiguió el permiso del
gobernador de Atenas para que un equipo de artistas realizara bocetos
y moldes de los relieves del Partenón y un año después el sultán
Selim III le permitió excavar y coger cualquier pieza de la
Acrópolis mientras no interfiriera con las paredes de la antigua
ciudadela.
Mármoles de Lord Elgin, British Museum |
Para
poder arrancar algunas de las decoraciones, como algunos capiteles o
metopas, se utilizaron sierras que causaron importantes daños a la
estructura del Partenón.
La
intención de Elgin era utilizar los mármoles para decorar el jardín
de su mansión, aunque debido a a problemas financieros acabó
vendiéndolos al gobierno británico en 1816 por 35.000 libras.
A
finales de los años 70 Grecia empezó una campaña en la que exigía
la devolución de los mármoles, poniendo en duda el acuerdo entre
Lord Elgin y el imperio Otomano, ya que como invasores no tenían
ninguna autoridad sobre el patrimonio griego. Los británicos por su
parte se niegan a la devolución asegurando que devolverlos sólo los
dañaría y conllevaría a una oleada de demandas para la devolución
de piezas que drenarían las grandes colecciones de los museos
europeos.
Otro
caso de expolio pero que, a diferencia de los otros casos, si acabó
con la obra devuelta fue el que implicó al Metropolitan Museum de
Nueva York y las autoridades italianas por la crátera de
Eufronio, una vasija realizada en el siglo V A.C. por el
alfarero y pintor ateniense Eufronio.
El
Metropolitan adquirió la vasija en 1972 por un millón de dólares a
Robert Hecht, quien fue acusado en 2005 por el gobierno italiano de
tráfico de antigüedades y de haber conseguido la crátera de unas
excavaciones ilegales a las afueras de Roma.
Ante
las presiones ejercidas por Italia el Met decidió devolver la vasija
en 2008, a cambio del préstamo para su exposición durante cuatro
años, de otros tres jarrones de igual valor y antigüedad que la
crátera de Eufronio.