ARTE EN PALMA: ESTATUAS ROMANAS DE LA RAMBLA

En 1613 se decidió desviar el cauce natural del torrente de Sa Riera debido a las sucesivas inundaciones y a los daños que ocasionaba cada vez que se desbordaba debido a las fuertes lluvias.

El nuevo cauce se canalizó por el exterior de las murallas, y en 1784 se aprovechó el antiguo recorrido del torrente para construir un paseo, flanqueado a cada lado por calles para el paso de carruajes.

El paseo llevó el nombre de La Rambla, palabra de origen árabe que se refiere al cauce de un torrente o río, hasta 1938 momento en el que las autoridades lo rebautizaron como Vía Roma, en honor al dictador italiano Benito Mussolini y a la ayuda que las tropas fascistas italianas prestaron al bando nacionalista durante la guerra civil española.

Como parte de este homenaje se decidió también colocar dos estatuas de mármol procedentes de la colección de escultura clásica del cardenal Despuig, adquirida por el ayuntamiento de Palma a sus herederos en 1923.

Las esculturas representaban a los emperadores Julio César (izquierda) y a un joven y deificado Nerón (derecha) que se colocaron sobre sendos pedestales al final del paseo. Allí permanecieron hasta 1942, año en el que se pidió su retirada debido a los daños y deterioro que sufrían al estar expuestas al aire libre.

Las esculturas fueron trasladadas al castillo de Bellver, donde se encontraba el museo Municipal, y se encargó al escultor Horacio de Eguía, escultor vasco afincado en Mallorca, una copia de estas para sustituirlas. Copias que son las que hoy en día vemos al final de La Rambla.

En 1980 el ayuntamiento de Palma decidió devolver al paseo su nombre anterior, aunque dejó un pequeño tramo que mantiene la toponimia de Vía Roma