En
el siglo VII A.C. los asirios dominaban las tierras de oriente,
llegando hasta Egipto. En el 612 A.C. una coalición de pueblos,
medos, babilonios y escitas, se unió y consiguió derrotar a los
temidos asirios conquistando la capital de su imperio, Nínive.
La
alianza entre el rey de Babilonia y el rey de Media se habría
sellado casando a la hija de éste, Amytis, con el hijo del rey de
Babilonia, Nabucodonosor.
El
historiador romano Flavio Josefo (s. I D.C.), citando a un
historiador anterior, Beroso (s. III A.C.), cuenta que el gran rey de
Babilonia, Nabucodonosor II en el siglo VI A.C., por el amor que le
profesaba a su esposa, había mandado construir en la ciudad de
Babilonia unos magníficos jardines colgantes, ya que ésta añoraba
las montañas de Media y su vegetación.
Se
conservan diferentes descripciones de los jardines, detalladas por
varios historiadores de la antigüedad. Siguiendo las descripciones
que estos historiadores hicieron, los ilustradores, antiguos y
modernos, representaron los jardines como un zigurat aterrazado en
cuyas terrazas crecían árboles e incluso corrían arroyos formando
cascadas.
Recreación de los Jardines Colgantes descubiertos por R. Koldewey |
Sin
embargo los arqueólogos no han encontrado entre las ruinas de
Babilonia ninguna construcción que se asemeje. Lo más parecido que
la arqueología ha encontrado, son los llamados Jardines Colgantes, descubiertos por Robert Koldewey en Babilonia, a principios del siglo
XX.
Koldewey
encontró una serie de estructuras que formaban terrazas, abovedadas,
en las que había unos canales por los que circulaba el agua y que
formarían una especie de arroyos. El agua era subida desde el río
Eufrates a través de un sistema de norias, que permitía que en las
terrazas se pudiesen plantar todo tipo de árboles.
La
estructura descubierta por Koldewey se parecería a un teatro griego,
abierta hacia el interior, con una zona llana, y cerrada hacia el
exterior, donde se ubicarían las terrazas. Seguramente estos
jardines se encontrarían en el palacio real para disfrute de la
reina.
Hoy
en día nuevas investigaciones, realizadas por Stephanie Dalley de la
universidad de Oxford, afirman que es posible que los Jardines Colgantes de Babilonia no estuvieran en esta ciudad, si no en Nínive
y que fueron construidos por Senaquerib (s. VII A.C.), uno de los
reyes del imperio Neoasirio.
Se
conservan varios testimonios escritos e inscripciones de época de
Senaquerib, que hacen referencia a espectaculares obras hidráulicas
que servían para llevar grandes cantidades de agua del río Tigris
al palacio real de Nínive, además existe una colección de tres
relieves, conservados en el museo Británico, que representan el
palacio real de Senaquerib en lo alto de una colina artificial,
cruzada por riachuelos y cubierta por todo tipo de árboles. También
se conservan inscripciones del propio rey, indicando que había
plantado en el interior de su palacio especies vegetales de todos los
rincones de su extenso imperio.
Relieve asirio del palacio de Senaquerib |
Por
lo tanto a día de hoy los historiadores manejan tres posibilidades
sobre la existencia de los Jardines Colgantes, una primera, sería
que los jardines estaban en Babilonia, sin rechazar que en Nínive
también existieron unos jardines semejantes. Una segunda, que
estaban en Nínive, pero como los griegos no conocían muy bien la
geografía de Mesopotamia, confundieron los nombres de las ciudades,
y una tercera, que acercaría las dos anteriores, en la que el rey
Senaquerib construiría sus jardines en la ciudad de Nínive, y un
siglo después, Nabucodonosor II, inspirándose en ellos construiría
otros para su mujer en la ciudad de Babilonia.