Dora Maar y Pablo Picasso |
El
primer encuentro entre Dora Maar y Pablo Picasso fue en el rodaje de
una película de Jean Renoir, Le
crime de Monsieur Lange,
cuando ella trabajaba como fotógrafa de rodaje. Picasso la olvidó
por completo, pero Dora Maar quedó cautivada y completamente
decidida a volver a verlo.
En
1936, siguiendo los consejos de su amiga Jacqueline Lamba, esposa de
André Breton, Dora buscó a Picasso en el café Les Deux Magots
donde Picasso solía acudir, llamando su atención. En aquellos
momentos Picasso contaba con 55 años mientras que ella tenía 29, él
seguía casado con Olga Khokhlova y mantenía una relación con una
joven amante Marie Thérèse Walter.
A
pesar de todo empezaron una de las historias más apasionadas y
destructoras dentro de la historia del arte.
Mano saliendo de una concha (1934) D. Maar |
Maar
nació en París pero creció en Argentina donde su padre,
arquitecto, realizó diversos proyectos. Recibió una esmerada
educación intelectual y artística, primero en pintura y
posteriormente en fotografía con la que, ya en París, se uniría a
los círculos surrealistas.
Era
una mujer fuerte, inteligente y comprometida políticamente con los
idearios de izquierda.
Su
relación con Picasso no fue de igualdad, mientras que para ella el
pintor lo significaba todo, él seguía viéndose con Marie Thérèse
y otras mujeres. De hecho Picasso controlaba sus visitas, a excepción
de en 1937 cuando el artista insistió en que se quedara en su taller
para documentar con su cámara la realización de una de sus mayores
obras El Guernica, para el que Maar sirvió de modelo.
En
una ocasión Marie Thérèse acudió al tallerde Picasso, no le
gustaba que pasase tanto tiempo con la fotógrafa y las dos mujeres
empezaron a discutir, llegando a pelearse, todo delante de Picasso
que llegó a decir que aquel había sido uno de sus más preciados
recuerdos.
Femme qui pleure (1937), P. Picasso |
De
esta época son también una serie de cuadros dedicados a Dora donde
aparece llorando, la mujer que llora, era el principio del final de
su relación.
En
1943 conocería a Françoise Gilot, Dora no lo soportaría. Acabó
ingresada en un hospital psiquiátrico donde recibió electroshocks y
abrazó la religión católica. Se trasladó a un piso en el centro
de París y se encerró junto a 130 obras de Picasso, que mantuvo
hasta su muerte en 1997, sin apenas visitas, según ella necesitaba
construir un halo de
misterio entorno a mi, porque todavía soy demasiado conocida como la
mujer de Pablo.