La
Bauhaus (casa en construcción) fue fundada en la vieja ciudad de Weimar, hogar de Goethe
y Schiller, considerada la capital cultural del país. Su historia
empezó y acabó al mismo tiempo que la República de Weimar.
Sus
orígenes se remontan a finales del siglo XIX, la industrialización
alemana e inglesa había originado duras críticas contra el uso de
las máquinas y el empobrecimiento de la calidad de los productos.
Uno
de estos críticos, John Ruskin, abogaba por volver a los métodos de
producción medievales y artesanales en talleres, su amigo y
seguidor, William Morris, tomó sus ideas y fundó talleres de
trabajo, dando origen al movimiento Arts and Crafts.
Siguiendo
estas ideas se empezaron a crear escuelas de artes y oficios en
Alemania, en cuyos talleres se producía de manera artesanal objetos
útiles para los hogares.
En 1907 se abrió en Weimar, Alemania, una escuela de artes y oficios dirigida por Henry van de Velde, que a diferencia de los ingleses no se oponía a las innovaciones técnicas, idea que compartía con la liga alemana de talleres, que intentaban fusionar la artesanía con la industria.
En 1907 se abrió en Weimar, Alemania, una escuela de artes y oficios dirigida por Henry van de Velde, que a diferencia de los ingleses no se oponía a las innovaciones técnicas, idea que compartía con la liga alemana de talleres, que intentaban fusionar la artesanía con la industria.
Silla Wassily, M. Breuer (1925) |
En
ese mismo año Gropius publicó un manifiesto en el que expresaba sus
ideas sobre la enseñanza de la arquitectura y el diseño, creemos
juntos la nueva construcción del futuro que será un todo conjunto,
arquitectura, escultura y pintura. El
tono revolucionario del manifiesto era fiel al espíritu imperante en
la época y a las ideas izquierdistas inspiradas en la revolución rusa de 1917.
La
escuela, ubicada en un edificio público ya existente, propiciaba la
fusión entre el arte y la artesanía con la vida cotidiana,
centrándose en los talleres y en el trabajo de los estudiantes,
llamados aprendices.
La
mitad de los estudiantes eran mujeres, algo novedoso para la época,
aunque su presencia estuvo limitada al ámbito textil, la cerámica y
la encuadernación, trabajos históricamente desempeñados por mujeres.
Juego de té, M. Brandt (1924) |
Esta
primera etapa estuvo fuertemente marcada por el expresionismo del
pintor Johannes Itten, que se reforzó con la llegada de nuevos
profesores como los pintores Paul Klee o Kandinsky. El cambio llegó
con Theo van Doesburg, creador del movimiento De Stijl, que
sustituyó la tendencia anterior por la nueva objetividad.
Otro
cambio importante fue el paso de la unidad entre el arte y la
artesanía, propuesto en 1919, a la unión entre el arte y la
técnica. Los motivos de este cambio podrían verse en la dura
situación económica de la Alemania de posguerra, las ayudas
estatales no cubrían todas las necesidades de la escuela, por lo que
Gropius decidió transformarla en un lugar productivo que pudiera
autoabastecerse.
Los
objetos diseñados en la Bauhaus debían dejar de lado todo
fin decorativo, la utilidad debía prevalecer ante todo.
Ante
los problemas económicos y el avance de la derecha, Gropius decidió
trasladar la escuela a Dessau, una ciudad industrial al norte de
Alemania, donde empezó una nueva etapa constructivista, orientada
hacia la arquitectura.
Se
construyó un nuevo edificio, acorde con las necesidades de la
escuela, diseñado por Gropius, a partir de diferentes bloques
unidos, y construidos a base de metal, vidrio y hormigón.
La Bauhaus en Dessau |
La
enseñanza se orientó hacia la arquitectura, Klee y Kandinsky
quedaron relegados a impartir clases de pintura. Ya no se intentaba
una búsqueda libre e interior de la propia creatividad sino que se
habían adoptado metodologías más racionales y funcionales.
En
los talleres la producción se dirigía hacia la industria y el
diseño para la fabricación de objetos en serie, y se proponía a
los alumnos que pensaran como técnicos y no como artistas.
Hitler en una silla diseñada en Bauhaus |
En
1928, Gropius dejó la dirección de la escuela en manos del
arquitecto Hannes Meyer, director de la sección de arquitectura y
abiertamente comunista, lo que le causó grandes enemistades, siendo
despedido en 1930.
Su
sucesor fue el arquitecto Mies van der Rohe que intentó despolitizar la Bauhaus pero sin alejarse de la tendencia de Meyer
orientada hacia la arquitectura.
Con
la victoria de los nazis en Dessau en 1932, la Bauhaus tuvo
que buscar, por segunda vez, una nueva sede, esta vez en Berlín en
una vieja fábrica abandonada. En unas condiciones cada vez más
duras, se dejó de lado la producción para la industria y se
centró exclusivamente en la enseñanza.
La
llegada del nazismo al poder en 1933, conllevó el fin de la Bauhaus. El 11 de abril, la policía llegó con camiones, cerró
el edificio y se llevó algunos estudiantes.
El
modernismo propuesto por la Bauhaus era visto como una amenaza
para la estética nazi, que intentaba un retorno a la tradición,
bajo la forma de la sencillez campesina, aunque el verdadero problema
no eran los productos sino las ideas, alumnos y profesores eran
vistos como peligrosos a los ojos de nazismo.
Los
integrantes de la Bauhaus se diseminaron por todo el mundo,
concentrándose en Estados Unidos.
Tras
la II Guerra Mundial Dessau quedó bajo el dominio de la Alemania del este y el edificio de la Bauhaus quedó abandonado. En
1976 fue restaurada para conmemorar el 50 aniversario de su apertura
en Dessau, y tras la caída del muro, en 1990, volvió a abrir sus
puertas como escuela superior de diseño y museo.
En
1996 el conjunto de las edificaciones de la Bauhaus fue
declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.