En
1656 Diego Rodríguez de Silva y Velázquez
finalizaba la que se considera una de las mejores obras del siglo de oro español, Las Meninas, como
se conoce el cuadro desde el siglo XIX, o La familia de Felipe IV según se describe en el inventario de
1734.
Las Meninas (1656). Diego Velázquez. |
El
rey quedó tan fascinado con la obra que la hizo colgar en su
despacho y se mantuvo en los salones reales, salvándose del incendio
del Alcázar al ser arrojada por una ventana, hasta 1819, año en el
que pasó a formar parte del Museo del Prado y por primera vez fue
exhibida públicamente, inspirando a varias generaciones de artistas.
Aunque
anteriormente otros ya habían realizado su particular homenaje al
lienzo del pintor sevillano. Los primeros fueron sus contemporáneos
Juan Bautista Martínez del Mazo, yerno del pintor, en su obra La familia del pintor (1665) y
Juan Carreño de Miranda, amigo y protegido de Velázquez.
La familia del pintor (1665). Juan Bautista Martínez del Mazo. |
Posteriomente,
Francisco de Goya realizó en 1778 varios grabados de sus obras,
entre ellos una copia de Las Meninas. Pero donde realmente
encontramos la influencia de esta obra es en uno de sus cuadros más
importantes, La familia de Carlos IV, en el que Goya se retrata a la manera de Velázquez en Las Meninas, tomando la misma
posición para aparecer en el retrato real, aunque a diferencia de su
antecesor, su visión de la familia real es mucho más despiadada,
remarcando sus defectos.
La familia de Carlos IV (1778). Francisco de Goya. |
Con
la apertura de la colección real al público se reconoce su gran
maestría. Este reconocimiento tardío viene dado principalmente
debido a su trabajo como pintor de cámara del rey Felipe IV, sus
obras permanecían en las paredes de los palacios reales, lugares
poco accesibles al público, y al contrario de otros artistas como
Murillo o Zurbarán no
necesitaba de la clientela eclesiástica, realizando pocas obras para
iglesias y demás edificios religiosos, por lo que no fue un artista
popular.
Los
primeros en descubrirlo fueron los impresionistas, como Manet o
Sorolla, la influencia de Las Meninas en sus autorretratos son
claras, dando paso a una nueva generación de pintores que llevaron a
cabo versiones
totales de la obra o de alguno de sus personajes. Es el caso de
Picasso y Dalí. En agosto de 1957 el malagueño se
encerró en su casa de veraneo, a las afueras de Cannes, durante
cinco meses para empezar a trabajar en una serie de 58 obras en las
que, tres siglos después, versionó la obra de Velázquez, estudia
claves de color, composiciones cubistas, pormenoriza o elimina
personajes y llega a introducir elementos ajenos a la obra como
balcones y palomas.
Dalí realizará también varias obras, reinterpretando a la infanta Margarita o al mastín, del
que decía era uno de los perros mejor pintados de la historia del
arte y pintando sus propias versiones como El número secreto de
Velázquez, en el que sustituye los personajes por números.
Las Meninas (1957). Pablo Picasso. |
Los
años '70 y '80 del siglo pasado fueron una época próspera en
interpretaciones, sobretodo por parte de artistas que se movían
dentro del movimiento pop art. El Equipo Crónica, grupo formado por
Manuel Valdés y Rafael Solbes, interpretó en repetidas ocasiones la
obra de Velázquez con la idea de dibujar la escena con una mirada
contemporánea, en La
salita (1970),
Solbes representa
a Las Meninas en una sala de estar de los años '60 con todas las
iconografías de la época, TV, cuadros... por su parte Manuel Valdés
ha realizado diversas versiones de la obra tanto en pintura como
en escultura. En su obra D´àpres Las Meninas (1975), Cristóbal Toral sustituyó el séquito de la infanta Margarita y al propio
Velázquez por maletas amontonadas.
Equipo Crónica. |
Uno
de los pioneros del pop art, Richard
Hamilton, realizó una interpretación doble en su obra Las
Meninas de Picasso (1973),
la del cuadro original y la de la versión que el pintor malagueño
había hecho 18 años antes, en un intento por homenajear no sólo al
cuadro original de Velázquez sino a las cientos de obras que
continúan queriendo parecerse a ella.