EL GRECO. DOMENIKOS THEOTOKOPOULOS




Retrato de un caballero
anciano
(1600)
La ciudad de Toledo celebra el cuarto centenario del fallecimiento del pintor Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco, debido a su origen griego, con un año cargado de actividades relacionadas con el pintor entre las que destacan varias exposiciones, festivales de música, homenajes o muestras gastronómicas.

El Greco nació en 1541 en Candía, en la isla de Creta, que en aquel momento estaba bajo el dominio de la República de Venecia y residió en ella hasta los 26 años, cuando se trasladó a Venecia para perfeccionar su estilo.

Se inició en el mundo de la pintura como pintor de iconos, siguiendo el estilo de la tradición tardobizantina, aún vigente en la isla. En 1563 aparece descrito en un documento como maestro de pintura, título que le permitía abrir su propio taller y vender su obra.

En Venecia, un importante centro artístico donde trabajaban artistas como Tiziano o Paolo Veronese, aprendió el arte de la pintura renacentista. Estudió el empleo del color, la perspectiva o la técnica de la pintura al óleo, pero sin llegar a deshacerse por completo de su tradición bizantina.
La Anunciación, tríptico de Módena (circa 1560)
Continuó su aprendizaje viajando a través de Italia hasta que se estableció en Roma, ciudad en la que permaneció hasta 1566 y en la que abrió su propio taller, tras ser expulsado del palacio del cardenal Alejandro Farnesio, donde había llegado gracias a la intervención del miniaturista Giulio Clovio y en el que tuvo la oportunidad de rodearse de la élite cultural del momento. El Greco trabajó en su taller como retratista y realizando pequeñas obras religiosas, pero sin poder conseguir ningún encargo importante, era considerado un extranjero, por lo que decidió emigrar a España, donde el rey Felipe II había empezado la decoración del monasterio de El Escorial.

Permanecería en España hasta su muerte, primero en Madrid y finalmente en Toledo, ciudad en la que se estableció, nació su hijo Jorge Manuel y desarrolló su arte.
Vista de Toledo (1600)
Consiguió sus primeros encargos con el monasterio de Santo Domingo el Antiguo y con la catedral de Toledo, para la que realizó el Expolio, obra con la que empezó el primero de los muchos pleitos que mantendría con sus clientes, debido a la baja tasación de las obras o por reclamaciones técnicas o iconográficas.
El Expolio (1579)
En 1584, después de que Felipe II rechazase las obras que había realizado para El Escorial, Alegoría de la Liga Santa y El martirio de san Mauricio, decidió ampliar su taller y realizar retablos completos, no sólo los lienzos, para una clientela de carácter privado más que institucional, basada en parroquias, monasterios y capillas, aceptando encargos para el Hospital de San Juan Bautista o Tavera o el Colegio de la Encarnación en Madrid. Su estancia en Toledo coincidió con un momento en el que la Iglesia buscaba difundir la doctrina de la Contrareforma a través del arte y encontraron en el artista griego al mejor divulgador.
Alegoría de la Liga Santa (1600) y El martirio de San Mauricio (1582)
A lo largo del tiempo el estilo de el Greco evolucionó, sobretodo a partir de sus últimos años en Toledo, sus pinturas empezaron a alejarse de los modelos venecianos y se acercaron al manierismo, con un estilo más personal, donde las composiciones se hicieron más complejas, llegando al horror vacui, los colores se intensificaron y las figuras se alargaron y retorcieron, enfatizando su carácter espiritual.
La visión del Apocalípsis (1610-14)
El Greco falleció el 7 de abril de 1614, dejando tras de si un arte por igual elogiado y criticado debido a sus licencias iconográficas y formales.

Durante siglos su arte fue rechazado debido en gran parte a la obra de Antonio Palomino, El Museo Pictórico y Escala Óptica (1724), que se convirtió en la principal fuente para la historia del arte barroco español. En ella Palomino expresó su menosprecio por el pintor, recogiendo las opiniones de pintores y tratadistas anteriores que lo consideraron un personaje extravagante y cercano a la locura y no fue hasta el siglo XIX, con la llegada de pintores franceses, que se redescubrió su arte convirtiéndose en un referente para los artistas del romanticismo, expresionismo o surrealismo. Aunque ha costado mucho más tiempo alejar por completo las teorías que explicaban su singular estilo como consecuencia de un astigmatismo o debido a paranoias.

Dentro de los actos de celebración en Toledo, una de las citas más importantes, será el próximo 14 de marzo con la inauguración de la exposición El griego de Toledo, en el museo de Santa Cruz, donde permanecerá hasta el 14 de junio.

El griego de Toledo será, aunque parezca increíble, la primera exposición dedicada íntegramente al pintor cretense que se realizará en Toledo y contará con más de ochenta obras en las que se repasará su actividad pictórica, desde sus inicios en la isla de Creta hasta sus últimos años en la ciudad manchega, sin olvidar su etapa italiana o sus trabajos para El Escorial.