Durante
la noche del 10 al 11 de junio de 1194 un incendio arrasó gran parte
de la ciudad de Chartres, incluyendo su catedral, de la que sólo se
salvó la fachada occidental.
La
catedral de Chartres era considerada el centro mariano más importante de
Francia, se decía que había sido construida un siglo antes del
nacimiento de la Virgen, como respuesta a las profecías de las
sibilas y profetas sobre la Virgo paritura, y
en ella se conservaba la túnica que se creía había llevado la
Virgen al dar a luz a Jesús.
El
pueblo quedó conmocionado por la destrucción de la catedral, pero
sobretodo, por la pérdida de la reliquia que creían les protegía
de todo mal.
El
incendio fue considerado un castigo divino, la Virgen les había
abandonado y con ella la prosperidad y la seguridad de la ciudad, por
lo que en un principio se pensó que no valía la pena su
reconstrucción. Aunque pronto cambiaron de opinión, la túnica se
había salvado sin sufrir ningún daño debido a que se guardaba en
la cripta de la catedral.
Vitral de Notre Dame de la Belle Verrièrre |
Hubo
una procesión en la que se mostró la túnica al pueblo que decidió
donar todo lo que habían conseguido salvar del incendio para la
construcción de una nueva catedral, la Virgen no les había
abandonado, había destruido la antigua catedral porque quería que
le construyeran una nueva y mejor.
Las
obras empezaron en 1194 y finalizaron en 1220, en un tiempo récord
para la época. Pero sabemos muy poco de su construcción, los libros
de cuentas del siglo XIII de la catedral se perdieron y,
posteriormente, se intentó borrar todo recuerdo del incendio y la
reconstrucción.
En
1389 apareció la obra Vieille Chronique, en
la que se narraba la historia de la catedral y el capítulo de
Chartres. El autor, anónimo, aseguraba que la catedral era la misma
que había construido el obispo Fulberto en el siglo XI, omitiendo
cualquier referencia al incendio de 1194 y su posterior
reconstrucción.
Debió
ser una persona con un cargo importante o con autoridad suficiente
como para hacer desaparecer cualquier documento que contradijera sus
teorías, borró toda alusión al incendio de Milagros de
la Santísima Vírgen María en la Iglesia de Chartres, una
crónica escrita
en 1210, en plena reconstrucción de la catedral, por un canónigo de
la misma en la que describe el daño y el dolor que había causado el
incendio, sobretodo por la pérdida de la túnica.
La
obra consiguió una importante reputación y su historia se tomó
como verdadera, hasta que en el siglo XIX se realizaron estudios que
permitieron conocer la verdadera fecha de construcción, aunque
algunos datos quedaron en el olvido, como el nombre del maestro que
la construyó.