El
12 de marzo de 1938 Austria se anexionaba a Alemania como una
provincia del III Reich.
Hitler contemplando el proyecto para la ciudad de Linz |
Hitler
celebró este hecho en Linz, la ciudad austríaca en la que se crió,y
en la que planeaba abrir un gran museo, un centro de arte europeo que
eclipsaría al resto de colecciones de arte del mundo y que se
convertiría en un testimonio de la grandeza del arte alemán.
Para
tal finalidad se creó la Sonderauftrag Linz, Comisión
Especial de Linz, compuesta por historiadores de arte y expertos en
pintura. Al frente estaba Hans Posse, director de la galería de arte de Dresde, a quien se le dio poderes ilimitados y un generoso
presupuesto
El
museo de Linz era un proyecto personal de Hitler, él mismo se
encargó de dibujar los primeros proyectos y planos, que implicaban
reestructurar la ciudad en torno al museo, y creó listas de las
obras que debía albergar.
Una
de las primeras misiones de Posse fue convencer a Hitler de que debía
darle carta blanca a la hora de elegir las obras, argumentando que
estas debían elegirse únicamente por su calidad, ya que sólo así
podrían representar la grandeza de Alemania. En el museo debía
verse algo más que el pobre gusto de Hitler.
Posse
elaboró una lista de obras, y se enviaron expertos, que se hacían
pasar por inocentes investigadores, a museos y galerías de toda
Europa. El resultado fue el informe Kümmel, un inventario de
las obras que los nazis consideraban alemanas por derecho, pero que
les habían sido arrebatadas desde la Edad Media.
En
este contexto Francia decidió proteger sus obras, el museo del Louvre se
preparó para la evacuación, las obras eran valoradas y
preparadas para el transporte, detrás de cada una se colocaban
pequeños círculos de colores, verde, amarillo y rojo, que marcaban
la prioridad, la Mona Lisa tenía dos círculos rojos.
Embalaje de la Mona Lisa |
El
primer transporte salió en agosto de 1939, apenas un mes antes de
entrar en guerra, viajaban de noche para no ser descubiertos,
escoltados por los conservadores que iban armados, los soldados
estaban en el frente. El destino de las obras fueron monasterios,
castillos y palacios al sur de Francia, donde creían que las obras
estarían a salvo del frente, los bombardeos y los saqueos nazis.
Por
el contrario, Bélgica fue sorprendida por el ataque alemán sin
haber tomado ninguna precaución. Una de sus obras más importantes
el políptico de Gante de Hubert y Jan Van Eyck, era a la
vez una de las obras más deseadas por Alemania, algunas de sus
tablas habían sido adquiridas por el rey Federico Guillermo III de Prusia, pero en 1919 tras la I Guerra Mundial Bélgica las reclamó
como indemnización y les fueron devueltas.
Políptico de Gante |
Para
que no cayeran en manos nazis decidieron embalarlo y transportarlo al
Vaticano junto a otras obras importantes, pero cuando Italia entró
en la guerra tuvieron que cambiar los planes y el rumbo de los
camiones. Las obras acabaron depositadas en un castillo del Loira, al
sur de Francia.
En
Holanda muchos marchantes y coleccionistas de arte judíos
consiguieron dejar el país dejando sus obras de arte atrás, otros
no reaccionaron con suficiente rapidez y fueron deportados a campos
de concentración. Los alemanes confiscaron todas sus pertenencias.
Cuando
Posse llegó a Holanda se dio cuenta de que Goering, segundo de
Hitler, ya se había quedado con las mejores obras. Informó de ello
a Hitler que emitió un decreto por el cual se reservaba el derecho
de decidir que obras quería reservar para el museo de Linz, a partir
de entonces Posse podía seleccionar las obras que quería
libremente.
En
1940 los alemanes entraron en París, el Louvre había reabierto sus
puertas
con las pocas obras que quedaban. Los nazis se dedicaron a
expoliar y expropiar todas las obras, tanto públicas como privadas
que encontraban, usando el museo Jeu de Paume como almacén.
La obras eran catalogadas y las que podían ser de interés para
Hitler o Goering se trasladaban en tren hasta Alemania.
Museo del Louvre |
El
museo Jeu de Paume sirvió como depósito para las obras
expoliadas hasta 1944. La entrada de obras era constante y llegó un
momento en que se quedaron sin espacio para almacenar más, debido a
esto el 19 de julio de 1942, se tomó una decisión drástica, las
obras modernas y de arte degenerado ocupaban demasiado espacio, por
lo que se decidió venderlas en el mercado internacional, aquellas
que no se pudieran vender
serían destruidas. El 27 de julio se
quemaron obras de Picasso, Miró, Klee y Dalí.
Hitler visitando una exposición sobre arte degenerado |
En
el frente ruso las cosas eran diferentes, los nazis consideraban el
arte del este inferior por lo que no lo saquearon, simplemente lo
destruyeron.
Poco
a poco la colección del museo de Hitler en Linz tomaba forma. Posse
creó un catálogo en el que se recogían las obras que iban a formar
parte de este y se lo regaló a Hitler por su cumpleaños. Estaba
compuesto por un total de 31 álbumes, con más de mil obras donde
predominaba el arte del romanticismo alemán del siglo XIX con
pintores como Defregger, Makart o Von Schwind, aunque también había
obras de viejos maestros italianos y franceses, así como de la
pintura flamenca del siglo XVII, destacando las obras de Frans Hals,
Van Dyck, Vermeer, Rubens, Rembrandt y Leonardo da Vinci.
En
julio de 1942 los nazis reclamaron el políptico de Gante, que se
encontraba en la zona no ocupada y aunque en un principio el gobierno francés se negó a entregárselo, no tuvieron más remedio que acceder a las presiones
alemanas y entregarlo.
A
partir de 1943 los ataques aliados sobre ciudades alemanas
aumentaron, para que las obras no sufrieran daños se dio la orden de
trasladarlas a búnkers, sótanos o minas abandonadas.