Según
la mitología griega Zeus bajó del Olimpo en forma de cisne para
seducir a la joven Leda, reina de Esparta, que paseaba por la orilla
del rio Euratas. Posteriormente Leda daría a luz a cuatro hijos,
aunque en algunas versiones del mito los niños nacen de un huevo,
Helena y Pólux, hijos de Zeus, y Clitemnestra y Cástor, hijos de su
marido Tíndaro, rey de Esparta.
Crátera (450-400 A.C.) |
La
representación del mito apareció desde muy temprano como motivo
decorativo en las cerámicas griegas, aunque el tema representado
hacía alusión al momento del nacimiento de los hijos de Leda a
partir de un huevo y en raras ocasiones a la escena de la seducción.
Posteriormente,
durante el helenismo y sobretodo en el arte romano, la temática más
usual fue la del momento de la seducción, remarcando la sensualidad.
Aparece representado en objetos de tocador y de uso doméstico y en
pequeños relieves, procedentes de un mismo modelo, de origen griego
helenístico, que rápidamente se extendió por todo el Imperio.
Representaciones procedentes de Sevilla y Argos |
También
aparece representado en mosaicos y frescos, siguiendo la misma linea
decorativa y sensual.
Con
la llegada del cristianismo el tema se representa con menos
frecuencia, perdiendo sensualidad, debido en gran parte a la falta de
naturalidad de las obras, y durante la Edad Media prácticamente
desaparece.
Hasta
el Renacimiento italiano en el que el mito resurgió con fuerza como
tema erótico, por lo que las obras que lo representaban solían
mantenerse en un ámbito privado. Debido a la falta de modelos
anteriores y fuentes en las que basarse, Ovidio apenas hace
referencia al mito en sus Metamorfosis, los artistas
renacentistas se encontraron con una gran libertad a la hora de
representarlo.
Copia de la obra de Miguel Ángel realizada por Rubens (1598) |
En
1508 Leonardo Da Vinci realizó una nueva versión del mito,
representando a Leda de pie, desnuda y junto al cisne observando a
sus hijos. Esta representación se convirtió en un modelo a seguir
por artistas posteriores y guarda gran parecido con la obra del
escultor griego Timoteo, siglo IV, de la que se conservan varias
copias romanas.
Por
su parte Miguel Ángel, en 1530, representó el momento de unión
entre el cisne y la joven. La obra original se perdió, pero se
realizaron gran cantidad de copias, algunas realizadas por sus
ayudantes, pero también por artistas como Rubens.
Otro
modelo a seguir lo encontramos en Venecia, donde la escena pasa a
representarse en un interior en el que destacan la suntuosidad y
colorido de las telas, pero manteniendo la sensualidad.
F. Boucher (1741) |
A
partir del siglo XVII, esta sensualidad se fue remarcando tomando una
connotación erótica cada vez más explícita. Las representaciones
del mito, que seguían los modelos renacentistas, se convertirían en
una mera excusa para representar simples obras de disfrute erótico.
Con
la llegada del arte contemporáneo el mito de Leda y el Cisne, al
contrario que muchos otros temas clásicos, se mantuvo aunque perdió
gran parte de su carga erótica, como en las obras de Moreau, Cezanne
o la representación de Leda atómica de Salvador Dalí de
1949.
Leda Atómica (1949), S. Dalí |