El
pasado 6 de noviembre el museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa
informó a través de su página de facebook que un turista había
roto una escultura del siglo XVIII que representaba al arcángel San
Miguel.
Arcangel San Miguel |
Según
los testigos, el visitante, caminaba hacia atrás intentando
conseguir el mejor ángulo para fotografiar otra obra, expuesta en la misma sala, cuando tropezó
con la escultura que cayó al suelo, sufriendo entre otros
desperfectos la pérdida de sus alas y las plumas del casco militar.
No
es la primera vez que ocurre un accidente que ocasiona la destrucción
de una obra de arte, a finales de octubre The Art Newspaper
informó de un incidente
ocurrido en diciembre del año pasado en el British Museum.
Venus Townley |
Un
camarero, el British Museum alquila sus instalaciones para actos
privados, se agachó muy cerca de la Venus de Townley una
escultura romana, copia de una griega, datada en el siglo I o II
a.C., y al levantarse golpeó con la cabeza la mano de la estatua
rompiendo uno de sus dedos.
También
en el museo dell'Opera del Duomo en Florencia una de sus esculturas
perdió un dedo cuando un turista americano decidió comparar su dedo
con el de la Virgen que forma parte del grupo escultórico de la
Anunciación de la Virgen, obra
realizada por Giovanni di Ambrogio a finales del Trecento.
En
el 2015, una turista que visitaba el museo Arqueológico de Heraclion, en la isla
de Creta, perdió el equilibrio e intentó sujetarse
a un jarrón de la era minoica, cayendo
ambos
al suelo. La turista sufrió
cortes en una pierna y el jarrón,
que ya había sido restaurado
tras su descubrimiento, se
volvió a romper por la misma sección que lo había hecho en la
antigüedad.
Anteriormente,
en 2010, en
una clase de arte para adultos organizada en el Metropolitan de Nueva
York una de las asistentes
perdió también
el equilibrio y se cayó sobre El actor, una
obra realizada por Pablo Picasso en
1904.
La
caída produjo un desgarro vertical e irregular de unos 15
centímetros de longitud en la esquina inferior derecha.
Otro
“accidente” con una obra de Picasso ocurrió cuando el
multimillonario Stephen Wynn, con un problema de visión periférica,
dio un codazo, ocasionándole también
un desgarro, a la obra Le
Rêve, pintada por el artista en
1932, y que había adquirido en 1997 por casi cincuenta millones de
dolares.
En
2006, en el Fitzwilliam Museum de Cambridge, un visitante tropezó al
pisarse el cordón de uno de sus zapatos mientras bajaba las
escaleras y acabó chocando contra tres jarrones chinos de la
dinastía Qing, finales del siglo XVII, que quedaron totalmente
destrozados.
Aunque
uno de los primeros incidentes documentados ocurrió el 7 de febrero
de 1845, cuando un hombre llamado William Lloyd, en estado de
embriaguez, decidió visitar el British Museum.
Mientras
caminaba por la sala derribó una escultura que cayó sobre la
vitrina que contenía la vasija Portland, un
jarrón romano realizado a inicios del siglo I a.C., la estatua y la
vasija cayeron al suelo rompiéndose en mil pedazos.