CURIOSIDADES SOBRE LA PRIMAVERA DE SANDRO BOTTICELLI

Fue realizada entre 1477 y 1482 para Lorenzo de Pierfrancesco Medici, primo de Lorenzo el Magnífico, de quien se sugiere fue el modelo para el retrato de Mercurio mientras que su esposa, Semiramide Appiani, fue representada como una de las tres gracias, a la que Eros está a punto de disparar su flecha.

Otras teorías sostienen que el modelo para Mercurio fue Giuliano Medici, hermano de Lorenzo el Magnífico, y la gracia representaría a Simonetta Vespucci, musa de Botticelli y considerada la mujer más hermosa de Florencia.

Simonetta también aparece representada como Flora.

Hasta 1550 la obra carecía de título, La Primavera, como es conocido hoy en día, se lo dio Giorgio Vasari cuando contempló el cuadro en Villa Castello, una de las villas de los Medici en Florencia.

Autorretrato de S. Botticelli
El verdadero nombre de Sandro Botticelli era Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, el apodo de Botticelli le proviene de sus hermanos mayores y hace referencia a su robustez, (botticello, barrica).

Tras su muerte su obra no fue muy valorada, quedando eclipsada por los grandes maestros del Cinquecento, Miguel Ángel, Leonardo y Rafael, siendo recuperada a finales del siglo XIX.

Se conserva en la Galería Uffizi de Florencia, donde fue expuesta por primera vez en 1815.

Es una obra de gran tamaño, 203 centímetros de alto por 314 de ancho, en el que los personajes están representados a tamaño natural y con una gran atención al detalle.

Aparecen representadas más de cien tipos diferentes de flores.

Se le han atribuido diferentes interpretaciones tanto mitológicas como filosóficas.

Simonetta Vespucci como Primavera
Mitológicamente hace referencia al De Natura Rerum de Lucrecio y la Metamorfosis y los Fastos de Ovidio, donde se relata el origen de las fiestas de las Florarias en Roma.

La composición, leída de derecha a izquierda, representa a Céfiro, dios del viento, secuestrando a la ninfa Cloris para convertirla en su esposa, a continuación representa a Flora, la ninfa Cloris transformada por Céfiro. En el centro la diosa del amor, Venus, y sobre ella su hijo Cupido. A la izquierda las Tres Gracias y el dios Mercurio, mensajero de los dioses.

Filosóficamente haría referencia a las ideas humanistas propias del Renacimiento, Venus como Humanitas separaría los valores materiales, representados a la derecha, de los espirituales, a la izquierda.