La Fuente (1917), M. Duchamp |
En
su estudio giró el urinario 90 grados en relación a su posición
normal, le escribió R.
Mutt 1917, y lo tituló
La Fuente.
La
obra fue rechazada por el jurado aduciendo su carencia artística,
ante lo cual Duchamp reaccionó escribiendo en el editorial de la
revista dadaísta The
Blind Man, que el señor Mutt haya producido o no La Fuente con sus
propias manos, es irrelevante. La ha elegido. Ha tomado un elemento
normal de nuestra existencia y lo ha dispuesto de tal forma que su
finalidad desaparece detrás del nuevo título y del nuevo punto de
vista.
Con
este hecho, Duchamp
inició una auténtica revolución en el mundo del arte al demostrar
que cualquier objeto cotidiano podía considerarse una obra de arte,
con tal de que el artista lo despojase de su función y contexto
original y lo declarase obra de arte.
Fuente tras Duchamp (1991), Sherrie Levine |
La
obra de Levine es reconocida por sus apropiaciones, un movimiento
artístico en el que el artista toma como base para elaborar sus
trabajos las obras de otros artistas.
La
apropiación del urinario de Duchamp, formó parte de una
serie de trabajos basados en obras de reconocidos artistas
masculinos, sobretodo de principios del siglo XX, con los que buscaba
criticar la posición de la mujer en la historia del arte.