BELZONI, EL GIGANTE DE PADUA

Giovanni Battista Belzoni nació en la ciudad de Padua, Italia, en 1778. Trabajó como aprendiz en la barbería de su padre hasta los dieciséis años, cuando decidió trasladarse a Roma, ciudad en la que nació su interés por la hidráulica.

Para evitar ser reclutado por el ejército entró como monje en un convento de capuchinos, del que poco después huyó para convertirse en vendedor ambulante de objetos religiosos.

Viajó por media Europa, hasta que en 1803 llegó a Inglaterra, donde conocería a su esposa Sarah Banne, una mujer decidida e inteligente que lo acompañaría en todos sus viajes.

Para subsistir en Inglaterra, Belzoni, decidió hacer uso de su físico, medía casi dos metros de alto y poseía una gran musculatura y fuerza. Empezó a actuar en pequeñas ferias y circos como forzudo bajo el nombre de El Sansón de la Patagonia.

Diseñó unos juegos de agua y fuego que tuvieron gran éxito, y con los que realizó una gira por diferentes países de Europa.

Grabado El Sansón de
Padua
(1803)
En 1815, mientras esperaba en Malta un permiso para poder viajar hasta Constantinopla, coincidió con un millonario turco que quedó impresionado por los diseños de sus norias y por el uso que se les podría dar en el río Nilo.

Tras este encuentro, el matrimonio Belzoni, decidió viajar hasta Egipto, pero la demostración ante el gobernador Alí Mehmet no fue el éxito que esperaban.

Tras este fracaso el matrimonio se quedó en Egipto y sin apenas dinero, hasta que conocieron al cónsul general británico Henry Salt, que mantenía una lucha constante con el cónsul francés Bernardino Drovetti, para conseguir el mayor número de antigüedades egipcias posible.

Salt probó la habilidad de Belzoni encargándole el transporte hasta el puerto de Alejandría de un gran busto de piedra de Ramsés II, conocido como El joven Memnon, que los franceses no habían podido mover.

Belzoni consiguió arrastrar la escultura sobre rodillos de madera hasta una embarcación en el río Nilo, donde continuó hasta Alejandría y posteriormente al Museo Británico de Londres, donde se convertiría en la pieza central de la colección egipcia.

Tras este éxito, Salt envió a Belzoni al sur de Egipto, al templo de Abul Simbel, donde Burckhardt, el primer europeo en visitar los lugares sagrados musulmanes, había descubierto un magnífico templo sepultado por la arena.

Para abrirse paso, Belzoni, debía quitar la arena que tapaba la entrada, un trabajo imposible que los franceses habían abandonado, pero Belzoni no se dio por vencido y decidió mojar la arena y compactarla, con lo que pudo retirarla fácilmente.

En agosto de 1817 consiguió abrir un pequeño agujero para poder entrar, pero el templo ya había sido saqueado en la antigüedad y apenas encontró ningún objeto de valor que se pudiera vender.
Grabado Belzoni en Abu Simbel
Tras este fracaso se marchó al Valle de los Reyes donde empezó a explorar, descubriendo las tumbas de Ramsés I y Seti I.

A pesar de estos descubrimientos Salt no estaba satisfecho y sospechaba, con razón, que Belzoni se quedaba con parte de los hallazgos. Belzoni, por su parte, desconfiaba de Salt y le reclamaba más dinero, lo que hizo que en 1918 su asociación finalizase.

Belzoni se quedó en Egipto y decidió visitar las pirámides, que apenas habían sido estudiadas, solo se había conseguido entrar en la de Jufu, Keops. Creyó haber encontrado la entrada a la pirámide de Jafra, Kefrén, y empezó a picar en la pared, abriendo un túnel que conectó con la verdadera entrada de la pirámide.
Grabado con la obertura de Belzoni en la pirámide de Kefrén
A través del túnel consiguió llegar hasta la cámara funeraria del faraón donde sólo encontró unos huesos de vaca, restos de comida de los saqueadores y una inscripción en árabe, donde Belzoni también dejó su propia inscripción Scoperta da G. Belzoni 2 mar. 1818.

En 1819 regaló dos enormes estatuas de la diosa Sejmet que había encontrado en Karnak a su ciudad natal, Padua, que lo reconoció con una gran medalla de oro.

Al año siguiente regresó a Londres donde publicó dos volúmenes de sus memorias y diarios de viaje, Descripción de las actividades y los recientes descubrimientos en pirámides, templos, tumbas y excavaciones en Egipto y Nubia.

En Londres, se encontró nuevamente falto de dinero y decidió abrir, en 1921, una exposición con sus dibujos, algunas obras que había escamoteado a Salt y reproducciones a escala de la tumba de Seti I en el Egyptian Hall, hoy desaparecido, de Londres.
Egyptian Hall de Londres
Un año después de su inauguración la exposición se cerró y todos los objetos fueron subastados para financiar una nueva expedición para encontrar las fuentes del río Níger.

En 1923 llegó a Tombuctú, Benin, para iniciar su expedición, pero poco después enfermó de disentería y murió.